INTERFERENCIAS
La entrevista
ERA LA primera entrevista a Zapatero en directo y en prime time desde que es presidente. Se notaba el cambio y mucho, en todo, incluso en formato. Para empezar se hizo a seis bandas, seis periodistas, seis miradas distintas. La cosa plural, tan importante y que antes no se daba. Dígase lo que se quiera, pero cuando la TVE de los últimos años entrevistaba al presidente Aznar, era en clave muy diferente y por razones varias, entre ellas el factor personal, que también tira. Aquellas entrevistas de Urdaci, claramente pactadas (incluso aunque no lo fuesen), con un tono más de funeral que festivo, carentes de feeling con el espectador. La Primera ya entrevistó a Rajoy en octubre pasado siguiendo el mismo esquema, el de opinar para todos los gustos respondiendo a la configuración de la propia audiencia, que ni es monolítica, ni monotemática, y además tiene derecho a no aburrirse cuando preguntan a un político. Milá y cinco colegas de diferentes medios, soltaron a Zapatero lo que les salió de sus narices, aunque al final quedó la sensación de muchas preguntas por hacer. Eso si, trasladando todos al espectador una clara sensación de normalidad, como que la política y quienes la ejercen, también lo son.