«La imagen está para cambiarla»

Guapa, lista y simpática, Natalie Portman ya no es la niña de Leo, el profesional , ni la ingenua adolescente de Beautiful Girls . La actriz (Jerusalén, 1981), que se convirtió en la reina Amidala por obra y gracia de George Lucas, ha madurado, ha terminado la carrera de Psicología en Harvard y acaba de lograr un Globo de Oro por su interpretación en Closer , la historia que ha dirigido Mike Nichols y que hoy se estrena en España. -En «Closer» da vida a una esposa infiel, Alice. -Me entrego al cien por cien en todos los personajes, y esto, unido a la imaginación que transmites, siempre me asusta. Pero cuanto más asustada estoy, más importante es el reto. Alice es una mujer que tiene claro lo que quiere en el amor, sabe cómo darlo y la forma en que desea recibirlo. -¿Cómo fueron los ensayos con Mike Nichols? -Igual que una clase de inglés en la Universidad. Fue una oportunidad para que todos los actores nos conociéramos y habláramos sobre el guión; un proceso de aprendizaje que nos llevó a entender la obra. -¿Cree que los protagonistas de representan situaciones de la vida real? -No lo sé. Hay que aclarar que estos cuatro personajes no necesariamente representan a todos los hombres y mujeres. Pienso que estamos ante una película que invita a conversar, que te inspira pero que en ningún momento te enseña o te instruye. -Es la primera vez que ha aceptado desnudarse en un filme... -La imagen está para cambiarla, constantemente, en función de los personajes. La memoria de la audiencia se reduce a tu último trabajo, por lo que lo importante es retarse a uno mismo y tratar de interpretar todo tipo de papeles. Verme en las escenas de streptease no fue fácil, pero estaba más preocupada de las sombras de mi trasero que de verme desnuda. Decidí desnudarme porque era Mike Nichols, en quien confío tanto como en mi padre. -La película dice que las personas nos acordamos más del principio y del final de las relaciones que de todo lo que ocurre mientras la está viviendo. -Me gusta que Closer se centre en el principio y el final de la relación y que evite el resto. Vivimos en una sociedad de principios y finales. Es algo muy común. -En mayo se estrena el último episodio de «La guerra de las galaxias». -Sí, y me da pena porque he entregado diez años de mi vida a la trilogía. Esta parte no va a ser como las anteriores, es más cruda, más difícil de ver, más oscura y menos apta para el público infantil.