«Las estrellas de la ópera no se hacen, las crea el público y la prensa»

Eva Marton, la húngara de la voz de fuego cuya dilatada carrera de más de tres décadas a lo largo y lo ancho de los cinco continentes le ha valido ser aclamada unánimemente por la crítica internacional como la mejor soprano dramática de nuestros días, actúa mañana a las 20.30 horas, en el Auditorio Ciudad de León, acompañada por el pianista Lazlo Kovacs, con un programa de los que pocas sopranos en la historia se atreverían a interpretar en una sola sesión: Mahler, Wagner, Strauss y Puccini, un tour de force capaz de echar para atrás el cantante más experimentado. Dueña de una voz carnosa y dúctil en su zona central y un registro agudo homogéneo y potente la soprano húngara ha sido la Turandot por antonomasia, la Elektra más incandescente, o la Elisabeth más entregada. Reina del Metropolitan de Nueva York en los setenta, debuta en Bayreuth en el 77 con la Elisabeth del Tanhäusser y al año siguiente en la Scala con la Leonora de Il Trovatore . Recientemente ha cantado en el Teatro Real Morgan Le Fay del Merlín de Albéniz. En distendida conversación Marton nos habla de sus últimos trabajos, de sus proyectos y de su carrera. -De los numerosos papeles que ha cantado hay uno por el que pasará a la historia de la lírica y es el de la Princesa de Hielo de «Turandot». ¿Es en rol que la ha convertido en estrella? -Creo que sí. La Princesa me ha catapultado a los grandes teatros con los mejores compañeros de reparto y los más grandes directores. Recuerdo que The Times dijo de aquella actuación : «Hay un esplendor en su canto que permanece tanto en los pasajes altos como en la zona baja de la voz; por fin una Turandot de belleza suprema y creíble juventud». Después de este éxito el público comenzó a verme como a una estrella. La verdad es que yo había trabajado duro durante años, desde mi debut en Salzburgo en año anterior como Leonora de Fidelio, sin embargo fue con Turandot en Viena cuando comencé a ser una prima donna ante el exigente público salzburgués. Las estrellas no se hacen, se crean. -Usted ha sido una de las grandes cantantes wagnerianas de los últimos treinta años. ¿Qué ha representado Wagner en su carrera y con qué personaje se siente más identificada? -En mi carrera, he tenido influencias de muchos compositores, no sólo de Wagner. En mis primeros años canté obras preclásicas y clásicas de compositores como Monteverdi, Händel, Haydn, etc, para posteriormente llegar a Mozart y al repertorio italiano. Con Mozart cuidé mucho mi voz y estilo. En 1981 me separé de los roles mozartianos. Poco a poco mi repertorio se fue ampliando hasta llegar a Verdi y Puccini y empecé con las obras más  ligeras de Wagner como Freia en El Oro del Rhin , Eva en Los Maestros Cantores , Elisabeth en Tannhäuser , «Elsa» en Lohengrin y Ariadne de R. Strauss, la Emperatriz, la egipcia Helena y pronto llegaron las obras Maestras del verismo, A. Chenier, Maddalena, Fedora, Gioconda y posteriormente Turandot, Salome, Brünnhilde, Electra e Isolda. He sido siempre muy  feliz en cada época, dando forma  a los  sueños que imaginaba tuvieron sus compositores. De esta manera fui construyendo mi repertorio, en un proceso en que no sólo he ido madurando vocalmente, si no que me he ido enriqueciendo humanamente. -Strauss es otro de los compositores que hoy escucharemos y que más ha frecuentado sin embargo no ha cantado todavía el Caballero de la Rosa, ¿qué hay en la Mariscala que no llame su atención? -Después de interpretar Ariadne, la egipcia Helena, la emperatriz, Chrysothemis, Salomé,  Electra o, la más reciente, Tintorera (sin cortes), puedo tranquilamente afirmar que con R. Strauss mantengo una estrecha relación operística, por no hablar de sus canciones. Hay tres roles de R. Strauss como Capriccio , Arabella y la Mariscala en el Caballero de la Rosa , que todavía no he cantado y me haría mucha ilusión abordar. Pero no hay nada que me aleje de cantar esa Mariscala tan inteligente. -El verismo es otro estilo que usted ha frecuentado y sus papeles de Madalena o Tosca son paradigmáticos ¿Cómo debe un cantante acercarse al verismo? -Los roles veristas, como Tosca, Maddalena en A. Chenier, Fedora, Gioconda, etc, los canto con sumo placer. Desde mis comienzos siempre me he sentido muy identificada con estos personajes. Para mi el verismo en un estilo, que o tienes las aptitudes para cantarlo o de otro modo resulta imposible interpretar. Para llevar a cabo estos roles no he necesitado ningún profesor, únicamente requiero un buen repetidor y un buen director en el podio. El verismo es muy difícil técnicamente porque estás cantando en la zona central de la tesitura. Si no están perfectamente apoyadas esas notas no puedes cantar. Algo parecido a lo que sucede con la coloratura,  sólo que en la zona más alta. Durante toda la función debes cuidar mucho el fraseo y en el escenario no hay tiempo porque todo va muy rápido. -¿Cómo prepara un nuevo personaje? -En primer lugar hablo los textos articulando en alto, sin música, y esto hasta que me sobrepasa  la piel y me llega a la sangre, es decir hasta que realmente lo encuentro y lo siento. A continuación vuelvo a repetir el mismo proceso pero con música. Después viene el trabajo previo al estreno, durante los ensayos en la sala de ensayos y finalmente en los escenarios. Aquí es donde efectivamente se demuestra si se es o no se es. En cualquier parte del mundo es muy difícil estar sobre el escenario o sobre el podio y cantar, da lo mismo que sea un recital o una ópera. Lo que se espera de mi en todos los teatros y lo que el publico espera siempre de mi es muy alto, por lo que siempre intento darles lo mejor de mi misma.  -Aunque su repertorio es muy extenso, ¿con qué compositores se identifica más actualmente? -Bartok, Catalani, Giordano, Ponchielli, Puccini, Respighi, Schönbergr, Strauuss y Wagner. Hora: a las 20.30 horas. Día: mañana. Entradas: 18 y 12 euros. Lugar: Auditorio Ciudad de León.