La muestra incluye «Al final de la escapada», con Belmondo y Seberg
La audacia de Jean-Luc Godard invade la filmoteca de Caja España
Se inicia hoy un ciclo dedicado al realizador francés con la proyección de la película «Pasión»
No se puede entender la evolución de la cinematografía francesa sin detenerse en la figura de Jean-Luc Godard, un realizador marcado por la polémica. Su obra provoca la admiración o la indignación, pero nunca la indiferencia, que será objeto de análisis durante la presente semana en la filmoteca de Caja España con la proyección de cuatro películas. Se trata de un pequeño ciclo que incluye la cinta que le dio a conocer internacionalmente en 1959, Al final de la escapada , y que se centra fundamentalmente en la última etapa de su amplia filmografía. Un legado artístico en el que todavía se escriben nuevos capítulos y que ha ido desarrollándose en fases bien diferenciadas. Perteneciente a la burguesía, Godard estudió en un exclusivo colegio suizo y en la Universidad de la Sorbona, al tiempo que cultivaba su afición por el séptimo arte escribiendo en revistas como Cahiers du Cinema y rodando diversos cortometrajes antes de debutar como realizador de largos con la mencionada Al final de la escapada (A bout de souffle); una cinta policíaca, basada en una historia de François Truffaut, que protagonizaron Jean Paul Belmondo y Jean Seberg. El repentino e inesperado éxito del filme, que sorprendió a sus propios creadores, daría carta blanca a un realizador marcado por la audacia formal, el humor insolente y la mezcla de géneros, en apariencia anárquica pero muy calculada, que destilaban sus historias. Provocando el entusiasmo y la irritación a partes iguales, llegó a filmar cuatro títulos en un año durante la etapa conocida como nouvelle vague , un movimiento cinematográfico revolucionario, con el que se abordaron nuevas temáticas y planteamientos, y al que también pertenecieron cineastas como Alain Resnais, Claude Chabrol o Louis Malle. Creciente politización A partir de los famosos acontecimientos de mayo del 68, Jean-Luc Godard inició una nueva etapa creativa marcada por la politización, el bajo coste de sus producciones, y una marginación voluntaria; una época a la que pertenece la famosa Todo va bien protagonizada por Jane Fonda e Yves Montand. El final de los años setenta propiciarían una nueva vuelta de tuerca en su filmografía, cultivando desde entonces un concepto de hacer cine que no siempre ha sido entendido en las taquillas, con la excepción de la escandalosa Yo te saludo María . El ciclo que hoy comienza revisa dos títulos de la década de los ochenta, Pasión y Detective , y se detiene en una de sus últimas obras, Elogio del amor , rodada hace cuatro años.