| Entrevista | Minerva Piquero |
«Estaba saturada de borrascas»
Tras presentar durante catorce años «El tiempo» conduce ahora un programa de humor
Dejó atrás las isobaras e imágenes del Meteosat que la encorsetaban en la información meteorológica de Antena 3, según confiesa, y se ha soltado la melena. Minerva Piquero, periodista, se reconoce una persona impulsiva y extrovertida, lejos de la imagen severa que ofrecían sus planos en riguroso traje de chaqueta. Conversadora nata, locuaz, se lamenta de que la pequeña pantalla no de cabida a mujeres que ya no tienen veinte años y no estén dispuestas a presentar cotilleos o lucir cuerpos serranos. Dio un salto con Carta de ajuste, programa de TVE-1 que presentó junto a José María Íñigo, y ahora conduce en solitario el espectáculo de humor de la cadena pública El sábado. -¿El humor español goza de buena salud? -España es un país con un talento enorme para el humor, pero parece que si no sales en la tele no eres nadie, cuando hay una buena corriente de teatro cómico que se hace por toda España. -¿Y usted tiene vis cómica? -Mi director, Rafael Galán, cree que sí. -¿Su nueva imagen está más cerca a su verdadera forma de ser? -La Minerva de El sábado se acerca mucho más a la realidad. No niego que presentar el tiempo fue una oportunidad maravillosa y a esos 14 años que me mantuve en este trabajo le debo que la gente me conozca. Yo no soy meteoróloga, hice la carrera de Periodismo en Estados Unidos y realicé mi trabajo con dignidad y respeto. -¿Y no le llegó ninguna oportunidad de cambiar? -Levantas la banderita, como los taxis, para decir que estás libre, pero he rechazado muchas cosas que no me parecían interesantes. Para una mujer como yo hay pocas cosas que hacer en la televisión. -¿Quiere decir que piden rostros más jóvenes? -Más jóvenes y que exploten el atractivo físico. Tienes que vender que estás buena. A determinada edad, te ofrecen programas de corazón y realitys. -¿A qué clase de público va dirigido «El sábado»? -Los que vivimos en capitales nos creemos que somos el ombligo del mundo, pero España esta llena de pequeñas poblaciones donde la televisión es una ventana al mundo. No olvidemos eso. Nosotros aspiramos a llegar a esa clase de público, que está saturado de corazón.