El artista Emilio Morales muestra sus obras en la galería Sardón

La Galería Sardón se ha llenado de color gracias a los cuadros del pintor conquense Emilio Morares (Mota del Cuervo, 1958), un artista en el que han influido poderosamente las corrientes abstractas que se esconden tras la arquitectura mágica de la Ciudad Encantada. «Mucha gente piensa que mis cuadros son abstractos, pero me baso siempre en la realidad. Yo he partido del realismo y pasé por el impresionismo para desembocar en el expresionismo¿ y ahí estoy varado». El artista ha tenido buenos compañeros de viaje, por lo que no es de extrañar que en sus cuadros se observe un gran oficio, unas pinceladas limpias de amplio gesto, un sabio empleo del color y una encomiable labor de síntesis. «En mi tierra, muy cerca de Tomelloso, está la cuna de Antonio López, una referencia muy importante para cualquier artista. En el año 1975 me trasladé a Cuenca Y allí he tenido como amigos y compañeros de estudio a Fernando Zóbel, Antonio Saura, Gustavo Torner, Bonifacio Alfonso¿ todos los que movieron el Museo de Arte Abstracto de Cuenca». Los cuadros de Morales tienen normalmente una larga preparación intelectual. «A la hora de crear necesito que haya un texto o un pretexto, en este caso hubo texto y también pretexto. He elegido como tema los escaparates, el fondo de los escaparates que la gente habitualmente ve y no mira, para mí eso es el pretexto. Yo he aportado de mi cosecha el texto, que es lo que interpreto a través de mi visión a través del cristal de ese escaparate». En su ya dilatada carrera el pintor siempre ha intentado separar las distintas épocas de su trabajo en capítulos cerrados. Así, aún no hace demasiado tiempo, dedicó su trabajo a representar los reflejos evanescentes del río Júcar, obra que presentó en una magnífica exposición celebrada en la Casa del Doncel, de Sigüenza. Últimamente su dedicación, como decíamos, ha estado centrada en los escaparates. «El hecho de pintar un bodegón, una naturaleza muerta como le llama la gente, me ponía muy nervioso. Por eso en este caso he intentado pintar un bodegón rodeado de vida. Mis escaparates están llenos del pálpito de la vida que les rodea». Artista de largo recorrido, Morales se desenvuelve con soltura en todas las técnicas, desde el grabado a la acuarela o el óleo. En la exposición que estos días puede contemplarse en la galería Sardón hay acuarelas y óleos, «porque creo que son las técnicas más apropiadas para expresar mi peculiar visión de los escaparates comerciales de las calles de Cuenca». Horario: de 11.00 a 13.00 y de 18.30 a 21.30.