Racismo

DESDE última hora del domingo con los resúmenes deportivos, otra vez se volvió al racismo en el fútbol. La televisión y en general los medios de comunicación, llevan algunas semanas a vueltas con la lamentable actitud de grupos de aficionados en algunos estadios, dirigiendo el grito y el gesto del mono a los jugadores de piel negra en el equipo rival. En fin, una variante de minusvalía psíquica que sus practicantes ostenta con auténtico placer y que quizá la tele no ayuda a solventar al centrar sus focos sobre un asunto que la unanimidad descarga sobre los propios clubes y las fuerzas del orden para finalmente desviarlo hacia la concienciación ciudadana. 59 segundos también dedicó tiempo a lo que ya es un serio problema. Contertulios e invitados reprocharon semejantes actitudes y en advertir que el problema es muy serio. Algunos testimonios de aficionados, benevolentes o comprensivos con las actitudes racistas, evidencian que todavía se está lejos de solucionarlo. Si algún primate quiere fastidiar a su club y exponerlo a una multa, le basta con hacer una de gracia racista para que los medios la recojan. O para mosquear al árbitro. Mamen Mendizábal ofreció lúcidos testimonios de Eto¿o y de Roberto Carlos, seguramente los más afectados por esa nefasta moda. Pero seguramente el sarampión comience a superarse el día que la tele le retire sus focos. Una pena.