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El escritor, una de las voces más críticas al régimen de Castro, falleció de una septicemia

La muerte impidió a Cabrera Infante abandonar el largo exilio londinense

La experimentación, el humor y el ingenio jalonaron la prolífica obra del Premio Cervantes 1997

Una de las últimas fotografías de Guillermo Cabrera Infante en su domicilio londinsense

Publicado por
Tomás García Yebra - madrid
León

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El escritor cubano y nacionalizado británico Guillermo Cabrera Infante falleció durante la noche del, a los 75 años de edad, en el hospital Chelsea and Westminster de la capital británica, donde se encontraba ingresado desde hace varios días, a causa de una septicemia, enfermedad derivada de los numerosos problemas de salud que le aquejaron en los últimos meses. Cabrera Infante (Gibara, Cuba, 1929), radicado en su exilio de Londres desde hace casi 40 años, era una de las voces de la cultura más notorias de la oposición al régimen de Fidel Castro. Novelista prolífico y de variados registros, el autor cubano-británico de Tres tristes tigres y La Habana para un infante difunto, algunas de sus obras más señeras entre cerca del medio centenar de libros que publicó, recibió en 1997 el Premio Cervantes de Literatura, considerado el Nobel de las letras hispanas. Cabrera Infante se tenía jurado no volver a la Habana mientras existiera Fidel Castro, aunque en su faceta literaria demostró con creces que faltó siempre a esa promesa, al menos con su brillante pluma y su imaginación desbordante. De hecho, no hizo otra cosa que regresar los paisajes de la Cuba de su infancia y adolescencia en la eterna variación habanera que constituye su obra, plagada de creaciones peculiares, ricas, ingeniosas y experimentales. Cuento, novela, ensayo, cine... La del escritor cubano ahora fallecido era una proteica personalidad literaria que no desdeñó ningún género: del cuento a la novela, pasando por el ensayo o la crítica cinematográfica, especialidad literaria que contribuyó a engrandecer con el mítico seudónimo de Caín -simpático juego con las iniciales de sus apellidos-. Fue en 1947, con la publicación de su primer cuento, cuando Cabrera Infante optó por abandonar la carrera de Medicina para ingresar en la redacción de la revista Bohemia. Dos años después fundó la revista Nueva generación y, en 1952, a consecuencia de la publicación de un relato en Bohemia, fue encarcelado.