Luciano Egido obtiene el Premio Castilla y León de las Letras 2004

Él mismo reconoce que es un escritor «tardío, muy tardío» que comenzó en el mundo de la novela con 65 años y después de jubilarse y que continúa en él «casi por prescripción médica». «Los médicos dicen que la mejor manera de seguir vivo es mantener despierto el cerebro y con la escritura yo me mantengo vivo», afirmó Luciano González Egido tras conocer que había recibido el Premio Castilla y León de las Letras 2004. Satisfacción «Estoy muy contento y muy satisfecho de que mi tierra me reconozca», reconoció este escritor salmantino, quien aseguró a la agencia Ical que el hecho de que en el jurado estuviera gente «muy reconocida y a la que admira mucho» le hace sentirse aún «más orgulloso». «Supongo que habrán pensado que lo hago bien y que cuento cosas originales», añadió González Egido, quien recordó también otros galardones anteriores que le han animado a seguir escribiendo. «Uno escribe cuando puede y cuando quiere», reconoció el autor de El cuarzo rojo de Salamanca para justificar su tardanza a la hora de iniciarse como novelista. «Es cierto que la novela es una obra de madurez y de gente mayor. Las mejores novelas siempre se han escrito con unos 50 años, aunque también hay algunos más jóvenes que hacen cosas muy bonitas», añadió. De su trabajo como literato, González Egido recalcó que no conoce muy bien cuáles son las razones de sus inicios en la novela porque «nunca» tuvo una «vocación literaria compulsiva». «Escribía cosas en los medios de comunicación pero nunca con una ambición literaria. Supongo que tenía una vocación latente, pero sin ninguna necesidad ni premura», dijo. Esta vocación surgió a partir del desarrollo de Agonizar en Salamanca , un libro en el que repasó los últimos seis meses de vida de Miguel de Unamuno y que, según él mismo, fue definido por la crítica, más que como un ensayo o un reportaje, como una novela. A partir de ahí, decidió plasmar otra historia en la que contar la Guerra de Napoleón en Salamanca, una narración en la que apostó más por los elementos ficticios que por los históricos, algo que para él era la receta de una novela. A partir de hoy, el autor salmantino continuará con sus libros aunque antes realizará una «buena comida» con su mujer y con sus amigos para celebrar este nuevo galardón que le animará a crear una próxima historia que se plasmará en una novela.