La Diputación busca el «Manuscrito de Astorga» que regaló a Franco

¿Dónde está el Manuscrito de Astorga ? Su pista se pierde el 11 de julio de 1964, cuando la Diputación se lo regala a Franco, que visita la ciudad con motivo de la celebración de un Congreso Eucarístico. Hace apenas un mes la Unión del Pueblo Leonés (UPL) desempolvaba la memoria de un libro escrito en 1624 por Juan de Bergara; un espléndido «manual» de pesca, que constituye una auténtica rareza bibliográfica. Los leonesistas, dentro de una «ofensiva» dirigida a distintas instituciones para recuperar parte del patrimonio «expoliado» a León, presentan una moción en la Corporación Provincial -que consigue el respaldo del resto de los grupos políticos-, para averiguar el paradero de la citada obra. El director del Instituto Leonés de Cultura (ILC), Wenceslao Álvarez Oblanca, que recibe el encargo de buscar el Manuscrito de Astorga, comienza por «rastrear» en los archivos de la propia Diputación. Así, consigue averiguar que el 4 de junio de 1962 Jesús Pariente, de la Federación Regional de Pesca, remite una carta al entonces presidente de la Diputación, José Eguiagaray, en la que afirma haber localizado el citado manuscrito y aconseja su adquisición. Como cuenta Pariente, el original se halla en poder de Victoria González del Campo, quien lo ha recibido en herencia de su tío, el famoso escultor Julio del Campo (Palencia, 1864-León,1937), quien en 1935 lo depositó en la armería Néstor Alonso para que lo pudiera consultar el investigador francés Louis Carrére. En 1964, Francisco Roa Rico, oficial mayor de la Diputación, se desplaza a Madrid para examinar el códice en casa de Victoria González del Campo y lo adquiere por 10.000 pesetas. El manuscrito se encuardena y, el 11 de julio de ese año, la Diputación se lo regala a Franco, que se encuentra de visita oficial en la ciudad. La Corporación Provincial, que tuvo la previsión de fotocopiar el texto, lo publica en 1966 en las páginas de la revista Tierras de León y más tarde en formato de libro. Treinta años después de la muerte del dictador, el Instituto Leonés de Cultura tiene la misión de localizar el Manuscrito de Astorga y, si es posible, reclamar su devolución. Álvarez Oblanca lo buscará en primer lugar entre los fondos de Patrimonio Nacional, organismo autónomo dependiente del Ministerio de la Presidencia, que, entre otros bienes, administra todos aquellos que, siendo de titularidad estatal, están al servicio de la Corona. El director del ILC se dirigirá también a la Fundación Nacional Francisco Franco, ubicada en la calle Marqués de Urquijo de la capital de España y que preside la hija del dictador. Queda en el aire la «sospecha» de que el libro fuera a parar a los herederos del dictador; y, lo que es peor, que «pereciera» en el incendio del pazo de Meirás. También hay quien sostiene que fue subastado en Londres en los setenta.