Cerrar

| Entrevista | Jordi González |

«Esto sí es telerrealidad»

La cadena Telecinco vuelve a confiar en el periodista catalán para conducir la segunda edición de «La casa de tu vida», secuela del concurso de Endemol «Gran Hermano»

El presentador de Telecinco Jordi González

Publicado por
Ch. L. Monjas - madrid
León

Creado:

Actualizado:

Jordi González pasó la prueba y se apuntó un nuevo éxito con el primer reality que presentó, La casa de tu vida , espacio que, a partir del próximo jueves, vuelve a presentar en Telecinco. La privada ha vuelto a confiar al periodista catalán este trabajo que en su primera edición logró una audiencia media de 4.040.000 espectadores y tuvo una cuota de pantalla del 26%, todo un logro para este programa. -Su entusiasmo es contagioso. -Todo profesional, cuando le encargan un programa, sobre todo al principio, pone toda su ilusión, entusiasmo y pasión. Es que si no te crees lo que haces, es imposible transmitir. Luego, si el público te sigue, pues todo va bien, pero si no responde, empiezan los problemas. Nos ponemos nerviosos, surgen las dudas, estás todo el día reunido, se modifican los contenidos... -Y la cadena acaba por suprimir el espacio. - Yo soy de los que piensan que, aunque funcione, no hay que perpetuarse en un trabajo. Yo cambio de registro cada 3 ó 4 años. No puedo estar diez años haciendo lo mismo porque acabo haciéndolo por oficio. No quiero poner el piloto automático. Los cambios me estimulan, cuando estaba acomodado en TV-3, lo dejé, y lo mismo me pasó en City TV. Pierdes frescura y el espectador lo nota, bueno lo nota todo. -Algunos de sus colegas acaban haciendo su trabajo por oficio. - Es que es muy difícil conseguir que algo cuaje en televisión y cuando eso pasa, pues es complicado abandonar. Yo respeto tanto al que sigue como al que se va, que es mi caso. -¿Le apetecía volver a estar al frente de «La casa de tu vida»? -Sí porque la experiencia fue redonda. Fue mi debut en el género y el primer reality inmobiliario que se hacía en España. Todo eran ventajas porque no me podían comparar con nadie, no había referentes. La audiencia se interesó, se fue enganchando semana a semana, y tuvo un final apoteósico. El género me interesaba y, como enganchó, pues derivó en una segunda parte. Esta vez tenemos un inconveniente: que el techo está muy alto. Ya existe un precedente y la gente lo recuerda mucho.