7.000 personas colapsan el Musac el primer día de apertura al público

«¿Se le ven las bragas?». Un grupo de niños hizo arduos esfuerzos por averiguar si la instalación Santos Inocentes , obra del dominicano Jorge Pineda, compuesta por una escultura de plástico de una niña que asoma sus piernas tras un lienzo blanco, dejaba algo oculto a la vista. Horas antes, dos clérigos ataviados con sotana y boina habían recorrido todas las salas del Musac, incluido un vídeo que muestra una violación y que provocó ayer las más enconadas posturas. A las cinco en punto de la tarde el museo ubicado en Eras de Renueva abría sus puertas al público, tras varios pases privados que comenzaron el viernes con la visita de los Príncipes de Asturias. A lo largo de una tarde en la que la lluvia dio un respiro a la ciudad, decenas de personas tuvieron que hacer colas intermitentes para poder ver las obras de los 55 artistas que integran Emergencias , pensada para recibir simultáneamente a no más de mil espectadores. El director del Musac, Rafael Doctor, se mostró ayer pletórico por la cifra, aunque algo «abrumado». La expectación que ha creado el museo, no exento de polémica por la «dificultad» de comprender algunas obras por quienes no estén familiarizados con la «vanguardia de la vanguardia», se vio refrendada en la masiva respuesta del público. Según las primeras estimaciones, más de 7.000 personas desfilaron ayer por el Musac; una cifra que ha tenido ya muy distintas lecturas, como la del alcalde de Valladolid, quien resta mérito al número de visitantes por el hecho de ser gratuito. Sin duda, la «estrella» de la exposición fue, al menos ayer, Emergency, la instalación que da nombre a la muestra: una gigantesca piscina en la que sale a flote África, para hundirse lentamente. También soprendieron al público las «maquetas» United Nations-Miniature, de Thomas Hirschhorn, que igualmente la víspera atrajo la atención de la princesa Letizia, así como una recreación de una chabola de Caracas, construida con cajas de cerveza de una fábrica de Colmenar de Oreja. «!Qué estupidez¡», dijo una señora de mediana edad al acercarse a un espejo que grita fea, obra de Pilar Albarracín. Una de las obras que más llamó la atención del público infantil fue Burka, una suerte de telas que evocan esta prenda del Islam y que cae con gran estruendo tras ser elevada varios metros por una grúa. «Muy desagradable. ¿Esto es arte? No saben cómo llamar la atención», así de contundente resumía un vecino de Eras el contenido de un edificio que, «es lo mejor de todo el Musac», dijo. En la misma línea, varios de los primeros espectadores de Emergencias , criticaron el alto grado de violencia de fotografías y vídeos. El viernes Eduardo Arroyo, el artista leonés más internacional, había arremetido contra el director y las obras del Musac, a las que ya ha puesto plazo de caducidad. Es previsible que en los primeros días el museo mantenga semejante aluvión de público al de ayer. A finales de año, la Junta tendrá que hacer balance...