Diario de León

La forja del Quijote

Eutiquio Quijada ultima estos días la última de las figuras en hierro que cuenta algunas de las aventuras del hidalgo y que se expondrán en las calles de la ciudad

Eutiquio posa en el taller junto a algunas de las figuras que formarán parte de la exposición

Eutiquio posa en el taller junto a algunas de las figuras que formarán parte de la exposición

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Cristina Fanjul - leóndl | león
León

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León continúa celebrando el cuarto centenario de la publicación del Quijote. Aún no se ha cerrado la muestra que el artista Chamorro desarrolla durante estos días en el palacio de Don Gutierre y desde la Fundación Vela Zanetti ya se prepara la siguiente. Será a principios del mes de mayo y tendrá como protagonista a un artista muy peculiar: Eutiquio Quijada, que comparte con el loco de la Mancha algo más que las primeras voces de su apellido. Eutiquio es profesor de soldadura y fue precisamente la muerte de dos de sus compañeros lo que le llevó a aventurarse por el mundo del arte. Desde hace tres años da forma con su martillo a una docena de figuras que la lectura de la obra suprema de Cervantes ha ido sacando de su imaginación. Eutiquio ha ido modelando en hierro cinco o seis «retablos» a partir de las peripecias y tribulaciones de Alonso Quijano. Nada o casi nada falta en este conjunto de gigantes que intimidan por su tamaño y su mueca. El almacén resguarda el momento previo al que provocó el viaje de Don Quijote, la lucha fantasmagórica con los molinos, su febril afición por Dulcinea, y, por supuesto, el instante final en el que regresa a la cordura y que, consecuentemente le hace abandonar la vida. El artista tiene poco tiempo para terminar el último de cuantos conjuntos compondrán la exposición y que realizará con el mimo de quien ya conoce cada una de las partes de que se compone. No en vano, será la segunda vez que modele los pliegues de la faz del personaje cervantino. La primera de las que fraguó desapareció del almacén en la que duermen cada noche los protagonistas del soberbio mundo del Manco. No es la primera vez que Eutiquio sufre la voracidad de los bandidos. Cada día, tiene que hacer frente a desapariciones de algunas de sus obras, que, sin embargo, él regala de manera desinteresada. Técnica La dificultad para forjar estas figuras no es baladí. El propio artista así lo manifiesta al explicar que estos gigantes de hierro están labrados en frío. «Algunas de las figuras me llevan más de diez horas de martillazos», destaca. Además, estos golpes deben ser concisos y exactos, puesto que la chapa no tiene marcha atrás. Si te equivocas, hay que empezar de cero; un trabajo complicado, sobre todo si se tiene en cuenta que Eutiquio trabaja sin bocetos. El mundo onírico de Don Quijote ha pasado directamente desde su cabeza hasta el acero. Uno de los objetivos que baraja el Ayuntamiento es que las trece esculturas que se expondrán en el Palacio de Don Gutierre salgan a las calles de León y se mezclen con los viandantes. De la misma manera que ocurre estos días con la figura que esculpe Amancio, la pretensión es convertir la ciudad en un escenario en el que los leoneses puedan convivir con las hazañas de Don Quijote y su escudero. Así, no menos de doce zonas peatonales y ajardinadas se verán «conquistadas» a partir del mes de junio -una vez se haya clausurado la muestra en Don Gutierre- por las figuras de Eutiquio Quijada, que, como el mismo hidalgo, se enseñorearán con todos cuantos se crucen por su camino. José Manuel Trabado, profesor de Teoría de la Literatura del Departamento de Filología Hispánica de la ULE, ha publicado el libro La escritura nómada. Los límites genéricos en el cuento contemporáneo, en el que desarrolla un detallado análisis de la vinculación del cuento con los distintos géneros literarios. En palabras del profesor Trabado «la relación del cuento con el nómada viene tomada en sentido figurado y no deja de ser una licencia metafórica que viene a traducir la capacidad camaleónica que ha idos adquiriendo el cuento en la época contemporánea». En este sentido, dicha publicación recoge las distintas similitudes del cuento con la poesía, la novela y el ensayo. Esta relación de géneros ha servido a Trabado para hablar del cuento como una escritura nómada; y lo hace desde una propuesta de lectura a ras de texto, «no con el afán de llegar a grandes sistemas ni taxonomías sumamente analíticas capaces de compendiar todas las posibilidades sino con un propósito más humilde, el de ver el cuento en sus límites, cuando está a punto de convertirse en algo diferente gracias a su paso por otras regiones», explica José Manuel Trabado en el texto introductorio. Dentro del apartado Relación entre cuento y novela , se recogen aspectos de escritores como Antonio Muñoz Molina y William Faulkner.

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