Psiquiatra
«El humor nos da más calidad de vida»
El doctor sevillano asegura en un nuevo libro que el optimismo es una facultad que debemos cultivar «todos los días»
Con su libro La fuerza del optimismo (Aguilar), el psiquiatra Luis Rojas Marcos (Sevilla, 1943) le acaba de propinar una patada a la tradicional interpretación filosófica del mundo, donde prima el derrotismo, el fatalismo y la melancolía. «Si los habitantes de este planeta le hubieran hecho caso a todos esos filósofos de mal agüero, no habríamos podido sobrevivir», sostiene Rojas, quien añade que gracias a la «energía de las personas emprendedoras, cuyo grado de optimismo y esperanza suele ser alto, gozamos de un bienestar, al menos en Occidente, impensable hace unos siglos». -Uno se levanta con sueño, se mira al espejo y dice: «Qué pesadez, otra vez yo». ¿Qué hay que hacer para apartar esta cansina visión de uno mismo? -Las personas tienden a plantearse grandes metas y desperdician lo único que tenemos: el día a día. Una persona, al levantarse, sabe que tiene que cumplir una serie de obligaciones laborales, familiares y de diversa índole, pero hay espacios de tiempo donde se debe de cultivar el optimismo. -¿Por ejemplo? -Por ejemplo: recordar a alguien del que no sabemos desde hace tiempo y sorprenderle con una carta, una llamada telefónica o un e-mail. Llegar a casa y pronunciar una palabra agradable a tu mujer o a tus hijos. Interesarte por lo que a ella o a ellos les interesa. Introducir una moneda en esa hucha donde vas acumulando dinero para comprarte un capricho... Cada cual, de acuerdo con sus circunstancias, debe cultivar sus propias estrategias. Pero hay que planteárselo. Incluso tener una agenda para apuntar en qué van a consistir esos momentos. -Dar para recibir. -Exacto. -Una de las terapias que más menciona en su libro es comunicarse. Sobre todo, hablar. -Hay que hablar con la mujer, con la novia, con los amigos, con los vecinos. Incluso con el perro o el gato, como yo hago. -¿Habla usted con los animales? -En casa tengo un perro y dos gatos. Les hablo en voz alta y me desahogo. También le hablo a las plantas. Me sirve de terapia. -¿Ha tenido alguna vez una depresión? -No. Y toco madera. La depresión es una enfermedad terrible porque te roba la esperanza, y sin esperanza es muy difícil plantearse la vida. -El humor y el deporte. Otros dos componentes que usted menciona a menudo. -Llevo años ejerciendo la psiquiatría y una de las conclusiones más férreas a las que he llegado es que el humor es indispensable. Proporciona mejor calidad de vida. Una persona con sentido del humor, lo que también supone reírse de uno mismo, libera sustancias químicas que originan bienestar. La carcajada prolonga la vida. -Sí, pero uno no se puede reír a carcajadas sin motivo. -De acuerdo. Sin embargo, sí se puede estar predispuesto a ella. Es una actitud ante la vida que debemos cultivar. -¿Es cierto que un intenso sufrimiento puede degenerar en cáncer? -El dolor se somatiza, claro. Una persona que interiormente recibe estímulos positivos tiene mayor esperanza de vida que otra a la que machacan.