Las novelas «Ángeles y demonios» y «Assassini» se convierten en superventas en tiempo récord
El Vaticano, filón del «best seller»
El cónclave ha atraído la atención de novelistas como Dan Brown o Thomas Gifford
Asesinatos morbosos, conspiraciones para acabar con la Iglesia, sectas criminales, luchas por el poder en el Vaticano en las que todo vale, inquietantes misterios, secretismo, símbolos ancestrales. Estos son los ingredientes que utilizan dos escritores de best sellers estadounidenses en sendas novelas recientemente traducidas al español que abordan la sucesión del Papa. «El ritual político más antiguo y secreto del mundo». De esta forma define el cónclave el narrador de Ángeles y demonios , el superventas del populachero autor estadounidense Dan Brown. «Hasta el nombre es misterioso», añade. El iconoclasta autor de El código da Vinci sitúa la acción de la que fue su primera novela en plena celebración del cónclave para suceder a un Papa que más tarde se sabrá que ha muerto envenenado. Los cuatro cardenales favoritos para la elección van siendo asesinados uno a uno, supuestamente por la secta de los Illuminati, cuyo objetivo es destruir a la Iglesia católica. Para ello colocan una bomba de antimateria (sic) en los sótanos del Vaticano mientras tiene lugar la trascendental reunión catedralicia. El héroe de los dos best sellers de Brown, el semiólogo Robert langdon, mezcla imposible de James Bond e Indiana Jones, y una científica italiana que se pasea en pantalones cortos ante los represenantes eclesiales, serán los encargados de evitar la catástrofe. Envenenamiento «Los cónclaves creaban una atmósfera intensa, cargado de significado político, y la muerte se había cebado en ellos a lo largo de los siglos: envenenamientos, peleas a puñetazos, incluso asesinatos», asegura el narrador de Ángeles y demonios . En la novela se enuncian los resultados para ser Papa: dominio del italiano, español e inglés; sin secretos vergonzosos y entre 65 y 80 años de edad. El Pontífice creado por Brown tiene un gran secreto, pero el que pretende ser su sucesor, el joven Camarlengo, otro mucho mayor. El éxito de esta novela de fácil lectura y argumento inverosímil, casi un cómic pero sin dibujos, ha rescatado otro thriller de más altura, más realista, más depurado, con personajes más trabajados. Se trata de Assassini , del fallecido Thomas Gifford, publicada en 1990 y que desde entonces ha vendido tres millones de copias. El arranque de la novela presenta a un Papa llamado Calixo IV que agoniza en su lecho de muerte mientras en Nueva York se producen una serie de misteriosos asesinatos de religiosos. Gifford detalla la despiadada lucha de intereses que desata la sucesión del Sumo Pontífice. Los assassini, un grupo de clérigos violentos y fanáticos protagonizan una siniestra conspiración para hacerse con el poder en el Vaticano. Ira Levin, autor de Los niños del Brasil , la calificó como «un thriller monumental, impresionante, brillante, inolvidable. Una obra maestra». No es para tanto, pero es cierto que es un libro interesante y bien documentado, en el que se notan los nueve años que Gifford empleó en escribirlo. En España Varios autores españoles han elegido el cónclave como escenario de sus novelas. Lo hizo el historiador Francisco Asensi, que en 1996 publicó La sibila de Delfos: asesinato en el cónclave (Ediciones Bronce). Este veterano escritor es autor también de Sombras en el Vaticano (Plaza & Janés, 1999) y El diablo tiene nombre (Plaza & Janés, 2001), en los que teje enrevesadas tramas que tienen a la Iglesia como protagonista. Recientemente, el onubense Pedro González ha sacado a la venta Las manos del ebanista (RD Ediciones), en la que también aborda el asunto y en el que no faltan los consabidos escabrosos asesinatos. En Ecclesia Futura (JG) el sacerdote experto en exorcismos José Antonio Fortea novela la pugna entre dos formas de ver la Iglesia y entender la fe, la conservadora y la moderna, en un cónclave que se celebra en el año 2070. El propio autor califica su libro en su página web como una «historia compleja y retorcida» y asegura que «parece escrita para obispos y cardenales», porque está «repleta de detalles eclesiales y canónicos». Es obligado citar la célebre novela Las sandalias del pescador (Vergara), en la que el australiano Morris West creó el personaje de Kiril I, el primer Papa eslavo. Quince años después de su publicación, la profecía se hizo realidad con la elección del fallecido Juan Pablo II. Fue la primera obra de su trilogía del Vaticano, que continuó con Los bufones de Dios y Lázaro. Lo más recomendable en vísperas del cónclave es acompañar la lectura de estas obras de ficción con algunos de los estudios que se pueden encontrar en las librerías.