Diario de León

Artista

«Mi ingrediente es la luz, con ella lo elaboro todo»

Este joven artista expone sus sorprendentes «Interfaces-identidades» en la sala Provincia del Institulo Leonés de Cultura

El artista leonés Jorge Quijano-Ahijado

El artista leonés Jorge Quijano-Ahijado

Publicado por
Marcelino Cuevas - león
León

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Jorge Quijano-Ahijado (León, 1973) es el benjamín de una familia de artistas dedicada con enorme éxito a la música. Jorge, rodeado desde siempre de guitarras y boleros, prefirió los pinceles y después de estudiar Bellas Artes en la Universidad de Salamanca y de dos años de doctorado en la Sorbona parisina, llega a la ciudad que le vio nacer con el equipaje cargado de cuadros, para con ellos contarles a sus conciudadanos dónde le han llevado sus inquietudes artísticas. El más joven de la saga Quijano ha elegido la sala Provincia para mostrar su Interfaces-identidades . -¿Por qué ha elegido precisamente este momento para presentar en León sus obras? -El trabajo comenzó a gestarse hace cuatro años y creo que ha tomado forma en el momento adecuado. En realidad, es la parte práctica de la tesis que voy a presentar en la Sorbona, en París, el próximo año. El título de la tesis, En torno a lo visible. La fuga en las artes plásticas , tiene mucho que ver con el movimiento, con lo que se escapa, con lo que fluye, con la formación estética, pero no con la forma definitiva. Lo que más me interesa de esta exposición es la idea de proceso, de movimiento, de algo que no se para nunca. Es una idea bastante oriental de equilibrio, de la lucha con los medios técnicos de reproducción, que aportan unas imágenes muy fijas, demasiado conceptuales y que alejan mucho de la materia. -En la exposición se mezcla la pintura tradicional con la última tecnología. ¿Es imprescindible para un artista actual acercarse a la fotografía, a las instalaciones y la informática? -El ingrediente que predomina en esta exposición es la luz, con ella intento construirlo todo. En la sala Provincia pasamos de una parte iluminada de forma convencional a otros espacios donde la iluminación es la propia proyección. Hay un soporte pictórico y unos proyectores que ofrecen secuencias de imágenes procedentes de esa misma obra. He intentado unificar todo para que el resultado final sea una visión del proceso en sí mismo, demostrando cómo su identidad cambia según la forma en la que empleemos la luz. Como materiales más tangibles empleo la tela de algodón virgen, que es sobre la que pinto con las acuarelas, y el tul que se integra en la parte virtual de la exposición. Sin olvidar el sonido, que ha sido realizado por Silvia Argüello. En mis cuadros hay un guiño al clasicismo a través de las veladuras. Pero, en realidad, toda la muestra es una reflexión sobre la pintura, sobre la identidad de los individuos y el anonimato, aunque plásticamente es una investigación en busca de saber dónde se puede llegar con el empleo de las nuevas tecnologías para la reproducción técnica, como la fotografía, el vídeo y otros medios digitales. -Hay casi una contradicción entre las dos partes de la muestra... -Pienso que esta exposición hubiera funcionado perfectamente con la primera sala, con la de las acuarelas. El hecho de recurrir a otras tecnologías lo veo como una crítica a un mundo en el que hay un desaforado y brutal consumo de imágenes, de información conceptual, que para mí es malsano. Yo pretendo menospreciar esta alta tecnología, rebajarla a la no-calidad, a la indefinición, con el contraste de la fuerza y la vibración que tienen las pinceladas o el gesto pictórico en sí mismos. -En su búsqueda de la identidad más íntima de sus modelos ha llegado a plasmar lo que alguien en su momento llamó la «imagen del alma».... -Pretendo también rescatar otros conceptos cercanos a luz, como el aura, siguiendo la tesis de Benjamín busco su recuperación a través de los medios que lo destruyen. El aura, como podemos ver a través de la fotografía Kirlian, es una prolongación electromagnética del hombre, de su ser físico, y obliga a cuestionar donde comienza y donde acaba la personalidad del sujeto, ¿el hombre llega hasta la superficie de la piel¿ o llega más allá? La técnica de la bioelectrofotografía permite visualizar ese campo electromagnético sutil, pero que está en el umbral de ser percibido. Interfaces-Identidades es una sucesión de retratos en los que las formas se pierden hasta convertir a los individuos en una especie de fantasmas. «Los humanos llevan, en efecto, una especie de muerte perpetua en el rostro, el cual, justamente, es el pintor quien tiene que salvarlo dándole sus propios rasgos» (Antonin Artaud). Jorge Quijano, lo hace, hunde en un lago de acuarela las imágenes de unos rostros que parecen diluirse en el tiempo, para después sacar a flote, poner de relieve, su realidad espiritual e intangible. Horario: de 11.00 a 14.00 y de 18.00 a 21.00; festivos de 12.00 a 14.00. Puerta de la Reina, 1.

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