«Tengo gran inquietud por seguir avanzando hacia ninguna parte»

Se le conoce básicamente como músico, pero la creatividad de Manolo García no tiene límites y se ha expandido hacia la pintura, la escritura y la fotografía. Un peculiar universo artístico propiciado por ser «una persona inquieta y curiosa. Básicamente la música es mi medio de expresión, lo demás proviene de la energía y de la inquietud constante por seguir avanzando hacia ninguna parte». En ese avance, destaca por derecho propio una carrera musical, que llegó a lo más alto con El último de la fila, en la que se siguen escribiendo nuevos e inspirados capítulos. Desde que debutó en solitario con Arena en los bolsillos , al que siguió Nunca el tiempo es perdido, se ha tomado su tiempo para confeccionar cada nuevo trabajo, una media de tres años. Ahora retoma una gira iniciada el pasado otoño para presentar el álbum Para que no se duerman mis sentidos . «Ha sido el tiempo que he necesitado para rehacer mi caja de los truenos, cuando acabas un disco y una gira te quedas bastante vacío, con la sensación de que la tarea está terminada y hay que recargar pilas. Necesitas que pasen meses, años, tienes que vivir, que tener ganas de nuevo de música. La labor de creación no puede ser tediosa y mecánica». Casi 400.000 copias se han vendido de un trabajo cuyo título encierra toda una declaración de principios. «El paso del tiempo nos va lastrando, cerrando caminos, desengañando, pero ese escepticismo, en mi caso, alimenta una curiosidad que me mantiene entretenido. Hay que ganarse que los sentidos estén despiertos», prosigue, «es triste mostrarse de vuelta de todo, a mí me gustan los niños, conozco a muchos de noventa años que conservan la ilusión y la mirada inquieta. Ese es el ejemplo a seguir, las trampas que nos tiende la sociedad actual son feas y tontas». Esta noche se presenta en el León Arena, acompañado de la banda que integran Eric de Wit (guitarra), Ricardo Marín (guitarra), Nacho Lesko (teclados), Pedro Javier González (guitarra), Iñigo Goldaracena (bajo), Charly Sardá (batería), Silvina Cabezas (percusión), Cecilia Burguera (violín) y Juan Carlos García (percusión), a bordo de un espectacular montaje luminotécnico y sonoro que cuenta con tres pantallas de proyección, 50.000 vatios de sonido y 250.00 vatios de luces repartidos en 100 focos. «Pereza, nunca» Un grandioso show con el que inicia una gira veraniega que le llevará a todos los rincones de España. «Pereza nunca, la música no se concibe sin ganas y sin ilusión, no puedes salir al escenario a cubrir el expediente como si fueras un funcionario. Lo que yo pretendo en cada concierto es transmitirle esa ilusión al público». Si algo caracteriza a Manolo García, además de la pasión que pone en su trabajo, es la disponibilidad a tratar cualquier tipo de asunto sin censuras y con una franqueza poco habitual en el show-business . No le importa opinar sobre la polémica que rodea los matrimonios entre personas del mismo sexo, «esta sociedad judeocristiana se ha caracterizado siempre por tener al pueblo reprimido para agarrotarlo y sacarle mejor el jugo (risas), esas cuestiones me parecen estúpidas, cada uno puede hacer lo que le salga de los cojones, las personas tienen que vivir como les dé la gana. No creo en esta sociedad nuestra, la soporto y vivo en ella porque no me decido a ir a Katmandú (risas)». Y tampoco tiene pelos en la lengua a la hora de valorar el nuevo nombramiento vaticano. «Es un espectáculo mediático, con todo el respeto, no seré yo quien ataque a la iglesia. Cuando vea que se moja en cuestiones importantes, natalidad, ecología, guerras, hambruna.... empezaré a estar más de acuerdo, de momento todo es fasto, pompa y boato. Prefiero entenderme directamente con el jefe (risas)». Hora: 22.00. Entradas: 18 euros.