Manolo García hizo una faenaredonda ante más de 5.000 leoneses

Con quince minutos de retraso sobre la hora prevista, cuando los silbidos arreciaban en una Plaza de Toros en la que subían la temperatura al mismo ritmo que el entusiasmo de la gente, Manolo García hizo su espectacular irrupción en el escenario del León Arena ante un público que bailaba y aplaudía desde los primeros compases. Vestido con vaqueros, camiseta y americana negras, el cantante y compositor se hizo dueño de la situación desde el primer momento, aunque tuvo que luchar, una vez más, contra las deficientes condiciones acústicas inherentes al recinto. Ante más de 5.000 espectadores, arropado por una colorista y eficaz escenografía, en la que no faltaban las pasarelas que le acercaban más al público y acompañado de su banda habitual, que integran Eric de Wit (guitarra), Ricardo Marín (guitarra), Nacho Lesko (teclados), Pedro Javier González (guitarra), Iñigo Goldaracena (bajo), Charly Sardá (batería), Silvina Cabezas (percusión), Cecilia Burguera (violín) y Juan Carlos García (percusión), el que fuera líder de El último de la fila rescató antiguos éxitos de su amplio repertorio, como Nunca el tiempo es perdido o San Fernando , que se alternaban con los temas que conforman su tercer disco en solitario, Para que no se duerman mis sentidos; ca nciones como En una playa calma, De libélulas, Serena barca o Una tarde de sol, fueron recibidas con entusiasmo por un público que agradecía alborozado las piruetas escénicas de un hombre que maneja a la perfección los resortes del directo.