El periodista realiza un dibujo grotesco de la intrahistoria de la villa
«León huele a sudor de prostituta y a mandarina podrida»
Pedro Trapiello habla hoy a la una y media sobre su libro «Una ciudad de caballos, sotas y reyes»
Pedro Trapiello firma hoy ejemplares de su último libro Una ciudad de caballos, sotas y reyes. El viejo León en un paseo canalla y una sentada sentimental . La obra es como una medalla; tiene dos caras que se oponen y se acoplan, que se enlazan y discrepan, que acogen al lector por cualquiera de las cubiertas a través de las cuales se aventure el leyente en este cuadro de tunantes, en esta fotografía de León que ha compuesto el periodista. Trapiello ha dejado a un lado el dato histórico para dibujar -las ilustraciones que atesora el libro también son suyas- el trasunto de la ciudad, las intrahistorias de la historia oficial, convirtiendo a los anónimos en protagonistas. El autor se convierte en una suerte de Bernard Lepetit y da la espalda a los grandes hombres, a las batallas épicas y a los acontecimientos memorables de la villa. A cambio, convierte a los pobladores discretos y humildes de esta ciudad en el verdadero motor de su historia. «Nuestro error es que nos quedamos con la historia de los demás en lugar de contar la que hicieron quienes de verdad la construyeron», dice. El escritor asume que ha proyectado en Una ciudad de caballos... una visión subjetiva y censurable, aunque enriquecedora de León. Y es que Pedro Trapiello sabe que nada existe de manera objetiva, que todo es después de haberse diluido a través de la peculiaridad, del sujeto de cada cual. «León huele a portalón, a sudor de prostituta, a mandarina podrida, a boñiga de burro, a pote de verduras y al trabajo del humilde», resume el autor, en una frase que encierra la magnitud bipolar de su libro. Una ciudad de caballos, sotas y reyes es una especie de paseo literario por la ciudad que mejor conoce el periodista, es una excursión a través de alamedas descritas en tono canalla pero también (y aquí vuelve a aparecer la cara de la cruz) es un viraje sentimental. Por eso, el reverso del libro es también un saludo al lector, es un nuevo dintel a través del cual podemos irrumpir en una visión alternativa de la ciudad. Lluvia y soportales; El día que Ortega vino a morir aquí es otra novela, novela que cuenta una historia inventada aunque posible, en la que los protagonistas (ficticios) parecen evocar personajes y ambientes reales. Este envés narra un cuento de asesinos y conspiraciones en medio de una ciudad provinciana y de medio pelo a la que llega uno de los santones de la espiritualidad republicana de la época. Ortega se convierte así en una anécdota para llegar a la categoría. Hora: 13.30 horas. Lugar: salón de plenos de San Marcelo. «He querido realizar una visión subjetiva y censurable pero enriquecedora» PEDRO TRAPIELLO Periodista y escritor