Diario de León

Destaca su búsqueda de la luz y una manera muy personal de interpretar la geografía urbana

Nadir plasma en su nueva exposición los reflejos oníricos de una vieja ciudad

El pintor leonés expone su particular visión de la capital del Viejo Reino en la galería Sardón

El joven artista leonés, junto a una de sus interpretaciones de la glorieta de Guzmán el Bueno

El joven artista leonés, junto a una de sus interpretaciones de la glorieta de Guzmán el Bueno

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Marcelino Cuevas - león
León

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Vuelve el joven pintor leonés Nadir a presentar sus trabajos en la galería Sardón. En esta ocasión nos sorprende con una serie de acrílicos y acuarelas en los que rescata para el mundo de la imaginación algunos de los más genuinos rincones cisastures. «Como buen leonés -dice- he decidido dedicar parte de mi producción a realizar un pequeño homenaje a la ciudad en la que vivo». Sorprende en la exposición un enorme cuadro en el que aparece reflejada la confluencia de la calles Independencia y Santa Nonia en forma de un inmenso escenario cuyo telón de embocadura está formado por unas grandes telas en las que el artista plasma el espectacular colorido de la fachada del Musac. «Ese cuadro empezó siendo una referencia a mi interés por pintores como Antonio López o Eduardo Naranjo -comenta el artista-, los grandes pioneros de la pintura realista actual. Naturalmente, trasladando las influencias de estos artistas a mi lenguaje pictórico. He vuelto a introducir el pájaro, que es uno de mis motivos concurrentes, y unifiqué lo que es el arte contemporáneo en una clara alusión al Musac, con la arquitectura histórica de la ciudad, representada por el emblemático edificio del Teatro Emperador». En toda la obra de Nadir se muestra su interés por el detalle, su búsqueda de la luz y una manera muy personal de interpretar la geografía ciudadana. Así, vemos cómo a través de reflejos y contra-reflejos nos cuenta una historia llena de suspense que se desarrolla en la mismísima plaza de Santo Domingo, un sueño que trae a los pies de las murallas de la Carretera de los Cubos las olas de un mar que rompe sobre los milenarios muros, o una visión surrealista del romántico jardín de la calle del Cid. Hay también más de una docena de acuarelas pintadas sobre papel de algodón, en las que conserva el mismo lenguaje onírico con sus particulares interpretaciones de distintos monumentos leoneses. «Entre otras cosas -explica- trato de demostrar que sobre el papel de algodón también se puede trabajar de un modo minucioso, aunque es un soporte que no te permite ninguna clase de modificaciones. Quiero que se vea que el nivel técnico es importante para la expresión artística». Nadir ha pintado León con la luz de mediodía y también con esa luminosidad reverberante que proporciona el sol después de la tormenta, con fuertes contrastes que resaltan la belleza de la arquitectura ciudadana. Pero siempre hay en sus obras un instante para la poesía, para ese inquieto colibrí que se encarga de abrir y cerrar los telones del inmenso escenario ciudadano, con los reflejos misteriosos del agua en el prosaico tapiz de asfalto, y con las imágenes, más o menos históricas, repetidas una y mil veces por las enormes cristaleras de unos escaparates que, inexorablemente, encierran al espectador en una inquietante cárcel transparente. Horario: de lunes a viernes de 11.00 a 13.00 y de 18.30 a 21.30. Calle Juan Madrazo, 25.

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