Quijada presenta su versión en hierro delos personajes cervantinos en Don Gutierre
La muestra Don Quijote. Hierro y sueño, del escultor leonés Eutiquio Quijada, es como un gran homenaje al martinete. Quizá un millón de martillazos, de sonoros golpes sobre la plancha de hierro bien apoyada en el yunque, han sido necesarios para la realización de las doce escenas del Quijote que el artista presenta desde ayer en al sala de exposiciones del Palacio de Don Gutierre. Quijada, de apellido claramente cervantino, es hombre de pocas palabras, quizá porque el ruido del continuo martilleo necesario para su labor, le obliga a estar muchas horas en silencio. «Son doce escenas, pero hay un total de diecinueve figuras, algunas de gran tamaño, aunque quizá son las más pequeñas las que han requerido un trabajo más laborioso, más lleno de dificultades. Explica el artista al hablar de la técnica que emplea para la realización de sus esculturas que, «Cada una de las figuras de la exposición tiene más de un centenar de piezas de diferentes tamaños. Yo no hago bocetos previos, realizo primero una de las piezas de la figura, por ejemplo el sombrero... o los pies, y a partir de ahí continúo, esa primera pieza me sirve de escala y referencia para todas las demás de la obra». Quijada se presentó al público con una primera exposición en la galería Sharon Art, hace algo más de un año, y en ella no había personajes, solamente representaciones de los instrumentos tradicionales del acervo folklórico leonés e interpretaciones en duro metal de delicadas flores. Pero las de esta muestra no son estas sus primeras figuras. «Hace mucho tiempo que vengo haciendo esculturas de distintos personajes, pero no las había presentado al público. Aunque quiero dejar claro que todas las que pueden verse en esta muestra son de reciente creación, las he realizado en los últimos dos años y siempre pensando en esta exposición. La idea partió de Eduardo Aguirre, que vio algunos de mis trabajos y me sugirió que quizá para el 2005 pudiera hacer un homenaje al Quijote, me puse manos a la obra y aquí están los resultados». Un cuento maravilloso Quijada leyó por primera vez El Quijote cuando tenía nueve años, por imposición de su maestro de entonces, Domingo Bodega. «Me pareció un cuento maravilloso y muy divertido. Creo que se podrían hacer diez mil esculturas sobre los distintos pasajes del libro, y las diez mil serían la leche, porque todos sus capítulos están llenos de sugerencias». Prefiere Quijada para sus esculturas la figura de Don Quijote, «Sancho no acaba de inspirarme, le he representado dos veces, incluso con su burra... pero prefiero a Don Quijote». Quizá lo más importante en la obra de Eutiquio Quijada sea su manera de concebir la escultura, realizándola sin intermediarios, con sus propias manos, con la fuerza de sus músculos moviendo con energía el martillo que va, poco a poco, domeñando al hierro, hasta convertirlo en espectaculares esculturas expresionistas llenas de vida. Lugar: Palacio de Don Gutierre. Horario: de 11.00 a 14.00 y de 18.00 a 21.00, días laborables.