John Ford: «¿Ha visto caminar a Henry Fonda? Pues eso es el cine»
Henry Fonda, el héroe infeliz
José Diego publica la biografía del mítico actor al cumplirse hoy el centenario de su nacimiento
Cuando se cumple, mañana, el centenario de su nacimiento, se publica Henry Fonda. El héroe infeliz , biografía del mítico actor que encarnó como nadie al americano íntegro y cabal, pero que también fue un hombre taciturno y torturado, que sólo supo acercarse a sus hijos al final de su vida. Henry Fonda. El héroe infeliz , escrito por José de Diego y editado por T&B editores, recorre la vida y la carrera de este hombre, que nació en Grand Island, Nebraska, el 16 de mayo de 1905, y que se convirtió en un actor que proyectaba integridad y honradez, dos cualidades que el público acabó con asociarlas al propio intérprete. Cuando un día le preguntaron a John Ford su definición del cine respondió. «¿El cine? ¿Usted ha visto caminar a Henry Fonda? Pues eso es el cine». «Alto, delgado y parsimonioso, Hank caminaba con pasos característicamente largos y se movía con una plácida pero inconfundible autoridad con andares que sólo pueden ser calificados de felinos en su delicada deliberación. Como señaló un crítico no camina, flota. Su excepcional fotogenia hizo el resto», escribe Juan Tejero en el prólogo del libro. Y es que este actor, al que gustaba que sus colegas llamaran Hank llegó a Hollywood después de triunfar en Broadway, en 1935, con la obra The farmer takes wife , y cuando decidieron adaptarla al cine su carrera despegó. Pero fue John Ford el director que desarrolló y explotó la imagen de Henry Fonda, un actor al que le bastaba su presencia para hacerse dueño de la pantalla, o como dijo en su día dijo Peter Bogdanovich: «Cuando Henry Fonda dice algo te lo crees... Esta es una cualidad de las verdaderas estrellas y nadie la tiene más que Fonda». Ascensión meteórica Tras su primera película en Hollywood, su ascensión fue meteórica, pero el camaleónico Fonda no quería encasillarse en papeles rurales como el de aquel primer filme, y aceptó roles tan distintos como los que interpretó en Sólo se vive una vez, Jezabel o Tierra de audaces. Pero sería John Ford quien logró encumbrar la imagen que proyectaba Fonda de americano corriente. Así lo hizo en las siete películas que hicieron juntos, entre las que destaca Las uvas de la ira , un papel por el que Henry Fonda, que ya deseaba liberarse de las garras de la Fox, aceptó firmar por siete años más con el estudio. Henry Fonda dejó Hollywood en dos ocasiones, y las dos en la cumbre de su carrera. La primera para servir en la Marina durante la II Guerra Mundial y, años después -entre 1948 y 1955- para irse al teatro a interpretar Mr. Roberts . Al final, John Ford se encargó de convencerle para que volviera al cine como protagonista de la adaptación a la pantalla de esta obra, con el título de Escala en Hawai . La película supuso un triunfo comercial para Fonda, pero también el fin de la relación con el cineasta irlandés, con quien acabó a puñetazos durante el rodaje. En los sesenta, Fonda se resignó a papeles protagonistas en películas menores o en cameos en grandes producciones. Pero Sergio Leone volvió a devolverle a la cima con el papel de un despiadado asesino a sueldo en Hasta que llegó su hora. Su final cinematográfico no pudo ser mejor, con En el estanque dorado , con Katharine Hepburn y con su hija Jane.