Diario de León

El calamite, de casi cuatro metros de largo, se encontraba en una mina a cielo abierto abandonada

Promonumenta rescata en Babia un fósil gigante de una planta prehistórica

La asociación denuncia que en León los yacimientos paleontológicos están desprotegidos

León

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Miembros de la asociación Promonumenta, que desde hace varios años vela por la protección del Patrimonio leonés, rescataba hace días en Babia un gigantesco fósil, de inusual tamaño y en perfecto estado de conservación, de una planta prehistórica. Se trata de un calamite, una especie de junco gigantesco que podía superar los doce metros de altura. Esta pieza, que pudo ser recuperada íntegra -y no como suele ser habitual, en pequeños fragmentos-, es la prueba de cómo era la Tierra hace más de 350 millones de años, cuando León se encontraba situado por debajo del ecuador, a pocos kilómetros de las actuales costas de Nueva York; de ahí la similitud geológica entre ambas zonas. El calamite, planta hoy extinguida que habitaba en zonas pantanosas de la Era Primaria, alcanzaba el tamaño de un árbol. De ella procede el actual equisetum o cola de caballo. Precisamente, la acumulación de estas plantas dio origen a las capas de carbón en las ricas cuencas de la provincia. José Vicente Casado, experto en paleontología, fue quien guió la excursión organizada por Promonumenta a una vieja mina a cielo abierto abandonada, donde, dos años antes habían localizado otro calamite de idénticas proporciones que las lluvias y heladas han destruido por completo. Decidieron recuperar el otro, tras comprobar que la erosión había destrozado medio metro de su tronco. El fósil, a salvo en la sede de Promonumenta, está a disposición de las instituciones, a quienes esta asociación hace un llamamiento para poner en valor el rico patrimonio paleontológico de la provincia, expoliado durante décadas ante la pasividad de las distintas administraciones. El rescate del calamite, que mide 3,40 metros de longitud, consistió en la extracción del tronco fósil de la roca donde estaba incrustado, su limpieza y reconstrucción en un soporte metálico. La semana pasada la Universidad celebró unas jornadas científicas sobre paleontología, en las que algunos expertos afirmaron que en otras comunidades autónomas «no se puede coger un fósil del campo sin un permiso de prospección». En León, en cambio, expertos y coleccionistas de todo el mundo llevan años «saqueando» el legado prehistórico. José Vicente Casado ha encontrado otros fósiles poco comunes, como un ala de una especie nueva de insecto -un antecesor del escarabajo- y un eurípedo o escorpión de mar, que cedió en su día al Instituto Geológico y Minero de España con la condición de que se devuelvan a León cuando la provincia tenga un museo idóneo donde exponerlos.

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