Físico, miembro de la Real Academia de la Lengua
«El compromiso del Gobierno con la ciencia es una obligación moral»
José Manuel Sánchez Ron participa hoy en las jornadas sobre académicos de la Lengua que organiza la Fundación Hullera y que este año cumplen su segunda edición
José Manuel Sánchez Ron, catedrático de historia de la ciencia en la Universidad Autónoma de Madrid, ofrece hoy una conferencia dentro del ciclo Académicos de la Española en León . Sánchez Ron es autor de una obra considerable en física teórica y, sobre todo, en historia de la ciencia, una obra en la que combina el rigor del análisis histórico y científico con la claridad, belleza narrativa y pasión de los mejores humanistas. -¿Sobre qué versará la conferencia que ofrece hoy? -Voy a tratar de describir qué es lo que he pretendido a lo largo de mi carrera y cómo la senda científica me ha llevado a frecuentar el ensayo. -Una de las teorías que defiende es la necesidad de introducir la ciencia hasta el último escondrijo de la sociedad. ¿Considera que la ciencia siempre ha sido huérfana en España? -Sin duda. España siempre ha cojeado en este sentido y creo que aún no hay una situación ideal. Desde un punto de vista histórico, la relación ha sido deficiente. En los siglos XIX y XX, que fueron básicos para el desarrollo científico, estuvimos demasiado retrasados. No hay que extrañarse por tanto de que su introducción en la cultura sea tan deficitaria. -¿Hemos dado un paso adelante o seguimos sufriendo ese handicap? ¿Es demasiado tarde? -Nunca es tarde para difundir e introducir la ciencia en la sociedad, pero es necesario un compromiso por parte de los científicos y del gobierno. De los científicos porque deben darse cuenta de la necesidad de dedicar una parte de su tiempo a llegar a la sociedad y a mejorar la enseñanza. Los gobiernos tienen que asumir su responsabilidad y obligaciones; deben comprometerse con la ciencia, es una obligación moral. Verá, la ciencia tiene implicaciones en la política y en la economía. El conocimiento que se aplica a la tecnología tiene valor económico. Piense en las patentes, en las exportaciones, en la salud pública... Todo eso genera riqueza y desarrollo. -Y esto me lleva a mi siguiente pregunta. ¿Considera que la ciencia ha sido crucial en el desarrollo de las democracias en el siglo XX? -Sin duda. La ciencia se convirtió en un elemento precioso para el desarrollo de la democracia por el hecho de que erradicó mitos y logró que los ciudadanos fueran más libres gracias a la formación. En ciertas zonas del planeta, la ciencia ha sido la razón por la que la gente vive mejor y, desde el punto de vista de le información, ha permitido el desarrollo de la globalización. -También podría decirse que el siglo XX fue el peor para la humanidad debido a la ciencia... -Si, pero fíjese que la ciencia no tiene vida propia, no es culpable del uso que se le dé. Es el hombre el que se sirve de ella en una u otra dirección. -¿Existe la posibilidad de que llegue un día en el que el hombre no pueda plantearse más preguntas? ¿Es posible el final de la ciencia? -Siempre existe esa posibilidad, pero no lo veremos nosotros ni nuestros descendientes. Estamos muy lejos de entender cómo funciona la naturaleza. Esa tesis es la que se plantea en mi libro El futuro es un país tranquilo , en el que se propone que al final se alcanzará el límite de la capacidad humana para conocer. -Religión y ciencia ¿Son incompatibles? -Desde mi punto de vista, la ciencia no favorece las respuestas de la religión. El razonamiento científico es opuesto al religioso. En España la religión no ha favorecido el desarrollo de la ciencia e, incluso hoy, sigue habiendo conflictos. -Está a punto de aparecer el libro sobre la ciencia en el Quijote. ¿Qué esconde el libro de Cervantes? -Es un libro que yo he dirigido y en el que han colaborado quince autores. Habla acerca de la cosmografía, las matemáticas, la psiquiatría o la medicina de los siglos XVI y XVII en España y de su influencia en la sociedad. Hora: 20.00 horas. Lugar: sala Región.