59"

LA AUDIENCIA respalda a 59 segundos (La Primera), pero a medida que se consolida, cada vez parece acercarse más a lo que alguien, con bastante ironía y una pizca de descalificación, llamó el Salsa rosa de la política. Hombre, tampoco, que antes en TVE ni eso. Pero es verdad que el juego de largar argumentos en 59 segundos , convierte a los contertulios en aspirantes al infarto o casi. Que el micro se encoja cuando el hablante se carga el cronómetro, frustra incluso al televidente. Como un combate a seis voces que empobrece notablemente la técnica del debate, reduce la conversación a eslóganes, y simplifica peligrosamente los argumentos. Y en medio Mamen Mendizábal erigida en dama interruptus 1397518451 Quizá sus promotores consideren que ahí está el éxito del formato, ceder a esa simpleza tantas veces escuchada de que la fórmula es positiva ya que torturar a la audiencia con carretes. De ahí ese debate a ráfagas, con tres señores a un lado que ven la actualidad de color blanco y en frente otros tantos que la ven muy negra. Eso sin hacer mención a la demagogia o a las tentaciones de algún contertulio para erigirse en showman ocasional jaleado por el público asistente. Si les hace gracia el nombre, que lo conserven, pero los 59 segundos de palabra caminan audazmente por el filo de la (sub)normalidad. Debates si, eslóganes no.