Recuerdos de los frailes y del pago forzoso a los maquis

Además de Manzaneda, han sido otros los lugares leoneses elegidos para hacer este programa, grabado con el mimo de una auténtica película. El pasado martes, el escenario escogido fue el colegio de los dominicos de la Virgen del Camino, en el que Andrés Trapiello y sus hermanos estudiaron durante la infancia. Fue un momento delicado para el autor, quien vio cómo, treinta años después, su antigua escuela se había convertido en ni siquiera la sombra de lo que fue. Colchones apilados, escombros, abandono y la impresión de hallarse en una especie de antigua «casa de salud» por la dedicación sanitaria al que también se dedica en la actualidad ofrecieron al escritor un cuadro, dijo, algo «apocalíptico», «pero también hermoso»; lo cual se une a los «recuerdos contradictorios» que le sugirió el edificio. Entre ellos, el del «fraile perturbado», como lo calificó, que dirigía el colegio, «un nazi contumaz» defensor y «exaltador de los valores del nazismo», «atormentado con el sexo» y que «amargó -afirmó- la infancia y la vida a más de uno». Por suerte, no a Andrés, que se libró «milagrosamente», y así, la mayoría de recuerdos que conserva del centro son «agradables y positivos». En próximos días, también se grabarán escenas en el casco viejo leonés y se «reconstruirá» el «impuesto revolucionario» o entrega forzosa que hicieron los padres de Trapiello a los maquis de la zona, encarnados los actores, además, por miembros de la familia. Desde su inicio en los años ochenta, han sido cuarenta los autores «retratados» en este programa cultural.