«Es una pena que ahora México sólo exporte tequila y tenores»

Actualmente es uno de los mejores tenores del mundo que ha hecho del canto no sólo su especialidad sino una escuela en la que ya comienzan a mirarse jóvenes cantantes que desean seguir sus pasos. Ramón Vargas, el tenor mexicano que ha conquistado el mundo de la lírica a base de una voz privilegiada, de sensibilidad y de inteligencia -tres facetas que no suelen ir muy unidas-, actúa mañana en el Auditorio Ciudad de León acompañado por Mzia Bachtouridze, con un programa lleno de auténticas gemas del mejor lied italiano y español, un privilegio al que es difícil  sustraerse. Aunque le hemos pillado entre vuelo y vuelo, (viene a León directamente desde México), no ha dudado en conceder esta entrevista en exclusiva a Diario de León, dejando claro que España es un país que siempre le ha acogido con los brazos abiertos y sus referencias de León y su Auditorio son excelentes. -¿Qué queda en el Ramón Vargas de hoy de aquel niño del coro de Infantes de la Basílica de Guadalupe? -Pues queda el amor a la música, la curiosidad y el deseo de ir creciendo como artista. Estas tres cosas no han cambiado nada con el tiempo. -Ganar el Enrico Caruso fue el espaldarazo definitivo para su una carrera internacional ¿Es partidario de recomendar a los jóvenes que participen en concursos para darse a conocer? -Casi siempre los concursos tienen el inconveniente de que en el jurado puede haber personas mediatizadas por el ser amigo de o alumno de, y eso condiciona de manera especial a la hora de valorar a un cantante. Pero creo que para un joven cantante los concursos son una buena opción de medirse con otros y, sobre todo, de superar esa lucha y ese estrés que siempre acompañan a los debutantes y que a veces, si no lo sabes, controlar puede arruinar una carrera. -Su debut internacional llegó con el Edgardo de la «Lucía» sustituyendo a Pavarotti en el Met. ¿Qué pasó por su mente en ese momento clave en su vida como artista? -Creo que las oportunidades siempre llegan, lo difícil es tener la capacidad de aprovecharla. Como decimos en México, a cada santito le llega su fiestecita, por eso lo más importante es tener la capacidad de pragmatizar esa oportunidad.  -Después de su consagración ¿como ve el futuro de su carrera una vez ha llegado a la fama? -Ahora mismo me encuentro en un momento muy dulce de mi carrera. Me siento muy feliz de haber llegado a donde estoy pero creo que aún tengo mucho por hacer y mucho que dar. Estoy un poco preocupado por la manera que tienen ahora los jóvenes con talento de llegar a la fama, y esto es debido al márketing que lo domina todo. Antes, los cantantes comenzaban a cantar cuando habían estudiado lo suficiente, pero ahora están siendo pervertidos por los «mass media» que todo lo ofrecen fácilmente y con muy poco esfuerzo. -Actualmente hay un «boom» hispanoamericano en la lírica, con cantantes como usted, Juan Diego Flórez, Rolando Villanzón, Marcelo Álvarez, José Cura, Aquiles Machado.. ¿A qué es debido? -Es una pregunta que me he hecho yo mismo y no encuentro la respuesta satisfactoria. Creo que es una capacidad que todavía tenemos en Sudamérica de expresarnos con libertad a través del arte. Estamos menos comprometidos mediáticamente. Lo de querer comenzar enseguida como decía y convertirse en los tres tenores es un principio negativo del que hay que huir. Hay que cantar por el amor al canto. Sin más -¿Cómo prepara un papel? -Lo primero que hago es informarme sobre las premisas bajo las cuales actuó el compositor para escribir la obra. Por ejemplo, si voy a cantar el Werther leo a Göethe, y me intento impregnar de la época del romanticismo que la rodeaba. Es un poco complicado pero se llega a conseguir una interpretación creíble. -A mucho cantantes les cuesta mucho abordar la faceta de actor no a usted, ¿cómo se consigue esto? -Es cuestión de talentos. Los cantantes tendemos a la estatismo pero eso se corrige con trabajo y sobre todo con talento. También la voz y la actitud ayudan. De ahí que los cantantes latinos lleguen mejor a los públicos que los norteamericanos, pero aquellos tienen una preparación más profunda a cambio. -¿Con qué director se ha encontrado más a gusto? -De todos se aprende mucho, aunque los estilos y las estéticas sean distintas y a veces opuestas. Por ejemplo, con Muti aprendo el rigor, con Metha la emoción y la comunicativididad, con otro la disciplina... -¿Cómo esta la lírica en su país actualmente? -Desgraciadamente no hay mucho apoyo estatal hacia el arte lírico, a pesar de que México está exportando tequila y tenores solamente. -Usted es un gran liderista ¿dónde se encuentra más cómodo en la ópera o el recital? -En la ópera se puede disfrazar mejor los defectos como hacemos los cantantes pero en el recital no. Ahí hay que dar lo que se tiene. Hay que trabajar con el capital no con los réditos. Hora: 20.30 (mañana). Entrada: 18 y 12 euros