«Casi invento la televisión»

Más protestona. Más radical y más trasgresora. Así está esta temporada Sole, el personaje que interpreta Amparo Baró en la serie 7 vidas, de Telecinco. Aunque dice que «casi inventa la televisión», Amparo Baró continúa disfrutando de su profesión en este medio, siempre que haya un «buen guión», porque «de lo contrario, lo mejor que puede hacer un actor es quedarse en casa». -Qué es la ficción en televisión para usted? -Casi invento la televisión. Empecé en ella en el Paseo de la Habana. La primera serie la hice con Jaime de Armiñán y Adolfo Marsillach. Sólo estaba La 1 y tendías a ser muy popular. Han pasado 40 años y creo que la televisión es un gran estímulo para los actores. En ella hay muchas oportunidades para la gente joven y para la gente mayor como yo. Es una forma de interpretar distinta al teatro, pero es nuestra profesión. -¿Le preocupa que la serie vuelva tras el éxito de «Aída», secuela de «7 vidas»? -No creo que alcancemos lo que ha hecho Aída. Tenía un abanico más amplio de público, con niños y adolescentes. 7 vidas no ha hecho nunca unas barbaridades de audiencia. -Pero «7 vidas» va, poco a poco, creciendo en espectadores. -Cierto. Cada temporada tenemos más audiencia, se van añadiendo nuevos espectadores de distintas edades, desde los de dieciséis hasta gente mayorcísima como yo. -¿Cuál es el secreto del éxito? -Más del 50% del valor de 7 vidas lo tienen los guionistas. Ellos tienen la culpa. Saben cómo se habla y como se siente en la calle, son muy observadores. Además se ha creado una especie de simbiosis, ellos nos conocen a nosotros y nosotros a ellos. Consiguen una simbiosis entre Amparo y Sole o entre Sergio y Santi. Un actor sin un buen guión, mejor que se quede en su casa. -¿Cómo está siendo su personaje esta temporada? -Estoy muy enredada en la universidad. Soy más reivindicativa, más protestona, más radical y más transgresora. Coqueteo con pastillas y me seguiré cuidando de mis amigos, aunque sea con bufidos, que son los que mete Sole. Ella lo pasa muy bien con la gente joven, aunque no vive con sus hijos y por algo será, pero se vuelca con sus amistades. -¿Le preocupa la audiencia? -No es que me preocupe, pero lo que ocurre es que los actores tenemos nuestra vanidad. Nos gusta que nos vean. No me preocupa la audiencia siempre que mantengamos la calidad. Si con esta calidad no nos ven, pues nos vamos. -A esta alturas de su carrera, ¿dónde trabaja más a gusto? -Soy actriz. He hecho mucho más teatro que televisión. Lo que más me gusta es el teatro, porque el público en directo ve lo que está pasando. -¿Trabajar en la serie le da tiempo para seguir en el teatro? -Hace un año lo compaginé, pero ahora me he dicho que, como llevo muchos años en esto, me voy a dar el lujo de trabajar en una cosa con la que, además, me gusta y estoy muy contenta. Interpretar estando incómodo es el infierno peor que hay. Afortunadamente, he tenido mucha suerte y siempre he podido elegir.