«La televisión es el mundo de la realidad distorsionada»

Actor, director, productor y guionista, José Corbacho es un tipo extrovertido y dicharachero. El creador de Homo zapping y colaborador de Buenafuente, exitosos programas de Antena 3, disfruta de su buen momento profesional. Funciona en televisión y también en el cine, terreno en el que se ha estrenado con Tapas, que ha llegado a las carteleras con los tres premios que se llevó en el Festival de Málaga (mejor película, premio del público y mejor actriz). -Menuda promoción ha tenido su ópera prima, ni Spielberg tiene tanta presencia mediática. -Es que conmigo se puede hablar de muchos temas, de la tele, de Tapas... En estas dos últimas semanas he acumulado más puntos Iberia que en toda mi vida. Si uno no está convencido de lo que ha hecho, tiene que ser muy duro promocionarlo, pero yo estoy feliz. -Ahora hay que ver la respuesta del público. -Claro, sobre todo por los productores, que se han jugado los cuartos. Si se recupera el dinero, pues eso facilitaría que hagamos una segunda película. Es algo que nos ronda la cabeza a Juan y a mí, que hace tres años tuvimos la necesidad de escribir una historia y cuando el proyecto se hizo realidad, pues nos tiramos de la moto y nos pusimos detrás de la cámara. -No me diga que piensa abandonar la pequeña pantalla. -No. La tele me encanta, me apasiona, me lo paso muy bien. Sí me gustaría compaginar los dos medios. -¿Qué tiene el cine que todo el que prueba repite? -Es el mundo de los sueños. Yo soy un espectador muy bueno, nunca me he salido de la sala. Es que, se apaga la luz, se enciende el proyector y entras en distintos estados emocionales. -¿Y la televisión? -También, pero la pequeña pantalla se diferencia de la grande por la rapidez, lo que es una virtud y un defecto. En la tele se queman las ideas y los contenidos a una gran velocidad. Hemos acostumbrado al espectador a una celeridad que hace que ésta sea más importante que el contenido. Si hacemos un símil con la comida, el cine es como ese festín de tres o cuatro horas, con sobremesa, degustando platos a fuego lento, de puchero. Y la televisión, pues no quiero decir que es como fast food para no ligarlo a la comida basura, pero es más de tapas, de picoteo de allí y de acá. -Si el cine es el mundo de los sueños, ¿cuál es el de la televisión? -El de la realidad distorsionada. Yo soy más de ficción que de realidad. Los realities no me interesan, como tampoco me interesa a veces la vida real. La gente ya no se conforma con esos 15 minutos de gloria, quiere más. -Ha dicho que le gustan las 625 líneas. -Sí, hay cosas muy buenas, y también hay contenidos que no me apetecen nada, ni como espectador ni como profesional del medio. Soy un espectador activo, veo la programación y todos los días hay algo que me apetece ver. -A muchos les ha llamado la atención el tono agridulce de «Tapas». -Juan (Cruz) es tan loco y descerebrado como yo, pero no queríamos hacer una sucesión de gags, un Homo zapping 2. -En «Homo zapping» no sólo dirige, también actúa. -Es muy difícil, porque hacemos personajes que no somos y encima tienen que ser creíbles. El programa es un registro más controlado, me pongo el disfraz de Pedro Erquicia, hago el cabra, miro la toma, y si no me gusta, pues repito. -Vaya tirón de orejas que dio a TVE y a la Academia de la Televisión por la ceremonia de entrega de sus premios, gala en la que fue reconocida «2Homo zapping». -Me acordé de una frase que dijo Cholo Simeone, que las cosas se solucionaban en el campo y fuera de él, pues todos tan amigos. Me empecé a calentar cuando empezaron a hablar de la tele de calidad, pensé que no estaría mal un poco de autocrítica. -Ahora, como todo le va muy bien, le lloverán proyectos. -Contesto con un refrán: Virgencita, virgencita, que me quede como estoy. Homo zapping y Buenafuente continuarán porque ambos gozan de muy buena salud.