INTERFERENCIAS
Julia, descansa
SE DESPIDIÓ con un hasta pronto, hasta siempre. Julia Otero cerró su primera temporada de Las cerezas (La Primera) con 33 ediciones, todo un récord considerando las expectativas que levantó su regreso a TVE y los complicados momentos que hubo de pasar y que incluso hicieron temer por su desaparición si TVE se contagiaba del virus fulminador que tanto aqueja a las privadas. La campaña en su contra alcanzó momentos de extremada virulencia, como la filtración de datos sobre el costo de producción o injustas acusaciones de sectarismo. Un share medio de dos millones, no es para tirar cohetes. Tampoco para arrojar al cubo de la basura. La cadena se sometió a un profundo lavado de cara (y de otras cosas), que un año después la mantiene como tercera en discordia detrás de las privadas, y hasta superada por algunas autonómicas. Sin embargo hay un runrún que quizá se convierta en tendencia antes de finalizar el año, y la audiencia comience a premiar a TVE por su renuncia a la telebasura y al recochineo (prometen muchos sus apuestas por la producción ajena, léase Perdidos y Mujeres desesperadas ). No es fácil, pero es posible. Las cerezas deberá la ITV para que haya una segunda temporada seguramente más agradecida. Julia Otero tiene algo muy importante a favor: cree en su producto. Y la audiencia premia eso.