Las obras de Arroyo se colocarán en Santa Marina después de las fiestas

Tras cuatro años y varios retoques, finalmente, las esculturas diseñadas por el artista Eduardo Arroyo para Santa Marina se colocarán en esta plaza después de las fiestas de San Juan y San Pedro. El artista de origen lacianiego está plenamente satisfecho con los resultados. Tres de las piezas de mayor tamaño (se encuentran ya en León, en unos almacenes próximos al cementerio, propiedad de una empresa de restauración que realizará una réplica de la figura de Don Pelayo, tras los fallidos intentos de la Escuela Taller por restaurar la original, que se encontraba muy deteriorada. Arroyo, el artista leonés más internacional, considera que este es el proyecto más ambicioso que se ha llevado a cabo en España e, incluso, en Europa. «No conozco a ningún artista al que se le haya encargado una plaza entera». El escultor piensa iniciar el montaje de las obras a principios de julio. Pero el conjunto se irá completando poco a poco. «Es un proyecto abierto», afirma. De hecho, todavía está trabajando en algunas de las piezas de menor tamaño y puede que añada alguna más. Hace dos años, las protestas de algunas asociaciones ciudadanas y de vecinos de la zona obligaron al artista a modificar el conjunto escultórico, porque algunos de las piezas se asentaban sobre la muralla tardorromana. El proyecto, conocido popularmente como Las moscas, ya que Arroyo había planeado distribuir sesenta de ellas en el entorno de Puerta Castillo, persigue recrear una atmósfera mitológica para una plaza cargada de leyendas. Las obras -que incluían varias moscas, un Eolo, un minotauro y un unicornio-, presupuestadas en un primer momento en 960.000 euros, han sido financiadas en parte por la Junta. La polémica Las esculturas de Arroyo pretendían ser la «guinda» a la recuperación del entorno de Santa Marina, diseñada por el arqutiecto Juan Manuel Alonso Velasco, autor también del Plan Especial del Casco Antiguo. Hace dos años, el entonces concejal de Urbanismo, Cecilio Varllejo, reconoció que la obra no estaría exenta de polémicas, porque «es una apuesta atrevida», dijo. Ciertamente, algunas asociaciones de vecinos mostraron su oposición a que unas esculturas «empañaran» la imagen despejada de la muralla, la vieja cárcel, hoy sede del Archivo Histórico Provincial y el emblemático arco de Puerta Castillo. Fue entonces cuando Arroyo se comprometió a cambiar un proyecto que el polifacético artista ha concebido como si se tratara del montaje de una ópera. No hay que olvidar su trayectoria como escenógrafo en grandes representaciones líricas y teatrales.