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Actor

«Los españoles hablamos a voces, como mi personaje»

La popular serie «Los Serrano» concluye con la boda de Santiago y Lourditas

Goizalde Núñez (Lourditas) y Jesús Bonilla (Santiago)

Publicado por
Mercedes Rodríguez - madrid
León

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Los Serrano atraviesan sus últimas semanas de temporada. Santiago, el tabernero refunfuñón, se casa con Lourditas, una mujer que templará su carácter. Detrás de este personaje se esconde un creativo actor de oficio que ha triunfado también como guionista y director de cine con la taquillera comedia El oro de Moscú. Jesús Bonilla se prepara ahora para rodar la segunda parte de esa película, La daga de Rasputín, en la que intervendrá también Antonio Resines. -¿Por qué es usted tan cascarrabias en la serie? -Desde la primera secuencia que rodé ya estaba marcado en el perfil del personaje. Se justifica porque al llegar la mujer de mi hermano me tocó todo el trabajo en la taberna y, además, hay muchos celos con la aparición de nuevos sobrinos, mi hermano tan feliz y yo nada más que trabajando en el bar. Pero en el fondo Santiago es un tipo noble, aunque de una nobleza primitiva. -¿No grita mucho Santiago? -Yo soy de pueblo, nací cerca de Talavera de la Reina, y nos sale esa cosa de hablar a voces. En general es algo que nos ocurre a los españoles. Tu vas a una taberna de Londres y están todos hablando bajito. Aquí no, en cualquier bar de barrio se habla así y se bromea. -¿Han extraído los guionistas algún rasgo suyo para colocárselo a su personaje? -No me parezco a Santiago, aunque puede que haya alguna cosa. A mí me gustan los prontos que tiene, aunque yo no me atreva a soltarlos en la vida. -¿Lourditas le cambiará el carácter? -Yo pronostiqué que esta actriz, Goizalde Núñez, que la contrataron para hacer un episodio, iba a quedarse en la serie. Es una magnífica profesional y, efectivamente, dulcifica a esa hombre gruñón. Pero esto es como la vida real, te casas y no sabes lo que vendrá después. Ni los propios guionistas lo tienen claro. -Parece que la televisión está dejando de ser la hermana menor del cine. Sirve de cantera, como le ocurrió a Belén Rueda con Amenábar. -El que vale, vale para todo. Belén Rueda, Verónica Sánchez, que también hace cine. Y, por supuesto, Resines, que se ha perdido el papel de coprotagonista en Alastriste, porque se rompió la pierna y ahora va a intervenir conmigo en La daga de Rasputín. La televisión se ha convertido en un gran soporte de vida para los actores porque la industria del cine español es muy pequeña. -A usted le fue bien como director de cine con «El oro de Moscú» y sigue ahora por parecido argumento... -La daga de Rasputín es la segunda parte de El oro de Moscú, aunque el argumento no tiene nada que ver. Es una comedia de aventuras, que rodaremos en Madrid y Moscú. El rodaje se aplazó por el accidente de Resines pero rodaremos el año que viene. - ¿Por qué ha elegido ese tema de fondo, el oro español, para sus comedias? -Es un tema muy nuestro, un misterio que nunca se aclarará o si acaso dentro de muchos años. -¿Usted es sobre todo un cómico? -Echo de menos otros papeles, pero te van encasillando, e incluso lo he hecho yo mismo puesto que escribo y dirijo comedias. Y eso que estuve haciendo teatro clásico en su día e hice papeles trágicos.

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