«El sí de los españoles al Tratado europeo no tiene ningún valor»

Gallego, vivió su infancia en Tánger. Estudió ingeniería en Burdeos, Rabat y París, y sociología en la Escuela de Altos Estudios Sociales de París. Es director de Le Monde Diplomatique, cofundador del movimiento Attac y de Media Watch Global y promotor del Foro Social Mundial de Porto Alegre. Poco más puede decirse para describir la vida y el compromiso de uno de los outsider con más voz en Europa. -Asegura que el «no» francés al Tratado europeo da vía libre a todas las esperanzas ¿No es ir contracorriente? -La idea que movilizó a los ciudadanos franceses por el no al Tratado era el rechazo a la posibilidad de que con él se impusiera un modelo liberal (el no holandés tuvo un cariz diferente). A partir de ese momento han surgido voces que tratan de aprovecharlo en sentido opuesto, como Tony Blair, lo que entra dentro de la normalidad del sistema británico. Sin embargo, lo que de verdad importa es que ha vuelto a surgir el debate acerca de lo que es Europa. No deben tomarse decisiones sin consultar a los ciudadanos. -¿Se votó «no» por miedo al liberalismo o para castigar a Chirac? -Cuando se hace un referendo sobre Europa hay que hacerlo de manera simultánea en todos los países; sólo así se toma conciencia de que se trata de Europa. El hecho de que no fuera así provocó que algunos aprovecharan la votación para decir «no» a Chirac. En cualquier caso, hay concordancia entre ambos sentimientos. -¿Está entonces el pueblo de regreso? -Cuando uno estudia la campaña, se da cuenta de que el 80% de los ciudadanos debería haber votado sí. Todos los grandes diarios, las élites mediáticas reclamaban el voto afirmativo de manera machacona. Sin embargo, ocurrió lo contrario. La gente se informó, leyó el Tratado y votó en consecuencia, no. -¿Qué pasó en España? -En España se escamoteó el debate. Además, hay que tener en cuenta que todavía existe un sentimiento traumático de que Europa termina en los Pirineos y se tiene la necesidad de que se reconozca el carácter europeo español. Asimismo hay que recordar que España ha recibido océanos de crédito y ayudas, con lo que no tiene nada que reprochar a los europeos. Sin embargo, desde el punto de vista ideológico se escamoteó el debate, con lo que el «sí» español no tiene ningún valor. Si la gente lee el tratado, siempre dice que «no». -¿Cuál es la frontera de las ideologías si Zapatero se entiende mejor con Chirac que con Blair? -Hoy en día son mucho más difíciles de definir, pero en la última cumbre europea, Zapatero ya ha cambiado de estrategia y se acerca a Blair. -Dice Arrabal que los políticos son mandamás piensamenos... -No coincido. Hay muchos políticos honrados y con talento. Lo que ocurre es que quien manda hoy en día son las empresas, los grupos financieros. Fíjese, en varios países, como Italia, Portugal, tal vez en Francia, no hay crecimiento. Estamos golpeados por la delocalización y existe la sensación clara de que los políticos cada vez tienen menos margen de acción. -¿Dónde está entonces ahora el poder? -Esa pregunta es hoy más pertinente que nunca, porque es muy difícil de contestar. El poder se ha diluido en el seno de la globalización. Creo que el primer poder es el económico, el segundo, el mediático y el tercero, el político. Este esquema sigue la evolución de Berlusconi en Italia. -Y, sin embargo, el periodista es cada vez más un simple obrero -El periodista está hoy mejor formado que nunca, tiene el sentimiento ético de que sirve a la sociedad y acceso a tecnología muy sofisticada, lo que le permite instantaneidad. Sin embargo, está limitado por empresas que sólo buscan rentabilidad. Además, hoy en día los directores no son periodistas, con lo que la información es cada vez de peor calidad y está contaminada. -¿Existe algún medio libre? -«Le Monde Diplomatique». -¿Vivimos en el reino de la propaganda silenciosa? -Cada vez más. La ficción nos distrae y nos envía mensajes ideológicos de manera subliminal. Fíjese si no en las películas de desastres americanas, como La Guerra de los Mundos. -¿Cree que Estados Unidos aceptará los movimientos de Corea del Norte para discutir sobre la proliferación nuclear? -Acabo de llegar de Corea del Sur y me ha sorprendido ver que critica la posición agresiva de Estados Unidos. Es imprescindible no amenazar al régimen de Pyongyang porque si éste piensa que se le va a atacar, pensará aún más en armarse.