Achúcarro: «León es una de las ciudades más musicales de Europa»

«Un auténtico lujo el poder contar con una orquesta como la Sinfónica de Bari en este curso, una formación que siempre se ha distinguido por su rigor, su calidad y sobre todo por tener una enorme experiencia en trabajar con directores e intérpretes noveles», señaló ayer el prestigioso director de orquesta Bruno Aprea, uno de los maestros que imparten clases en este curso y verdadera institución mundial en el campo de la dirección orquestal y la docencia. La Orquesta de Bari, cuyo director titular es el maestro Marco Renzi, llegó ayer a León para comenzar en la mañana de hoy su trabajo con los estudiantes en el Auditorio a partir de las 9.30. El objetivo era preparar, con clases-ensayo, a los alumnos que tomarán parte en los conciertos de la tarde. Al igual que sucedió en la pasada edición al finalizar esta segunda parte del curso, los maestros determinarán quiénes de entre los alumnos que han trabajado con la orquesta participarán en los conciertos de clausura. Dichos conciertos tendrán lugar los días 9 y 10 a las 20.30, con entrada gratuita para los alumnos del curso. Para el maestro Aprea, la orquesta de Bari es como su propia casa, ya que con ella debutó hace algunos años como director y conoce perfectamente su capacidad y la sensibilidad especial que tienen sus miembros para  trabajar con jóvenes músicos. «Para mí es un reencuentro muy hermoso, y estoy especialmente feliz al tenerlo en León, en ese Auditorio tan maravilloso y colaborando con tanta entrega en este curso de la Fundación Eutherpe que dirige con mano de oro una persona tan querida por mi como es Margarita Morais». «Hay que mimar León» Algo similar manifestaba el querido y admirado Joaquín Achúcarro, quien apuntó que «hay que mimar León. Hay que mimarla porque es una de las ciudades más musicales de Europa en cuanto a actividades y única en el mundo en lo que se refiere a celebrar un curso como éste donde pianistas y directores conviven durante una semana perfeccionándose en sus respectivas disciplinas, algo que de otro modo les sería muy dificultoso y además les quedaría muy lejano. Son muy pocas las posibilidades que tienen los jóvenes en poder hacer música al más alto nivel, y además tener a su entera disposición una orquesta sinfónica de 62 miembros, de muy alta calidad, y poder dirigirles, acompañarles e incluso darles directrices para que sus intervenciones con ella sean las que creen mejor para sus manifestaciones artísticas, bien sean pianistas como directores o en camino de serlo. Esto era algo impensable hace un lustro y en León se ha convertido en realidad gracias a Margarita y a la Fundación Eutherpe, un modelo a seguir tanto en España como fuera de aquí». Otra de las personas que desde el primer año trabaja infatigablemente las diez horas que diariamente se imparten de clases es el maestro acompañante, José Gallego, quien desde primera hora está sentado ante el teclado para hacer las veces de la orquesta a lo largo de los cuatro primeros días en los que la orquesta no participa. Su entrega, su dedicación y su enorme capacidad de trabajo ha quedado suficientemente demostrada es tos dos años y tanto los alumnos como los propios maestros han dedicado los máximos elogios a su callada pero fructífera labor. En su trayectoria, Gallego ha recibido importantes becas y ha ofrecido conciertos en Europa y Estados Unidos.