«Actuar es un trabajo, nunca busco la fama»

El australiano Geoffrey Rush presta su cara al cómico británico Peter Seller en el biopic producido por la cadena televisiva HBO que este viernes se estrena en nuestro país, Llámame Peter . Auténtico desconocido hasta que ganó el Oscar por Shine , historia en la que encarnó al pianista David Hefgott, Rush estuvo a punto de tirar la toalla ante la falta de oportunidades, pero hoy, a sus 53 años, no para de trabajar. Orgulloso de sus raíces, el actor está rodando la segunda y tercera entrega de Piratas del Caribe y a pesar de su éxito, no ha cambiado su sencillo estilo de vida. -Cuentan que al director del filme, Stephen Hopkins, le costó convencerle porque no se veía haciendo del protagonista de la saga de «La pantera rosa». -No quería hacer este trabajo. Luego leí el guión, me pareció fantástico y acepté. Fue complicado porque soy australiano, tenía que superar la prueba del acento y convertirme en el actor cómico más famoso del Reino Unido. Los seguidores de Sellers son obsesivos, agresivos, no quería correr el riesgo de convertirme en su objetivo. -¿Cuál fue el mayor reto a la hora de interpretar a Peter Sellers? -Todo fue difícil, desde el acento al aspecto físico. No me parezco a Sellers, me sometí a muchas horas de maquillaje. Luego estaba su actitud ante la vida, su personalidad. No ha sido un personaje fácil de conseguir. -En pantalla, el parecido físico es asombroso. -Es el resultado de horas y horas de maquillaje. Y también de las 38 pelucas que tenía y de las prótesis de silicona que se pegaban en la piel. Cuando salía de la sala de maquillaje, ni yo mismo me podía creer lo que veía. El problema era que, a veces, sólo tenía cuatro horas al día para rodar porque la mayor parte del tiempo estaban maquillándome. -El filme repasa su vida profesional y también las sombras de su vida privada, familiar. ¿Cómo era Peter Sellers? -Para mí fue un hombre complejo, muy original. Fue una estrella que hizo películas maravillosas. No puedo imaginarme lo que tuvo que ser su vida, siempre en los extremos. Tuvo que ser duro. Además, al final lo perdió todo. -¿Qué fue lo que más le sorprendió? -Hablé con mucha gente que le conoció y me dieron muchas versiones de Sellers. Goldie Hawn me dijo que era el hombre mas divertido del mundo, pero que también le recordaba en una fiesta en Hollywood donde estuvo taciturno y triste mirando las pinturas de las paredes. Le describió como un hombre adulto que vivía sobre un alfiler y me comentó que nunca sabías como iba a reaccionar. -¿Es difícil enfrentarse a los demonios que provoca la vanidad de su profesión? -Soy mucho más simple que Peter Sellers, pero esta profesión tiene ese peligro. Yo siempre he visto la actuación como un trabajo, nunca he buscado la fama, prefiero desarrollar un personaje que meterme en un personaje. Cuando la gente me pregunta por mi trabajo trato de no dejarme llevar por el ego, por la vanidad, pero en algún momento no me podido evitarlo.