La Fundación Vela Zanetti adquiere porprimera vez cuatro obras del artista

Los cuadros de Vela Zanetti titulados La cosecha, Réquiem por un árbol, Mulata, y un autorretrato que el autor dedicó a su mujer, son las primeras obras del artista burgalés que ha adquirido la Fundación Vela Zanetti. Los cuadros proceden de colecciones particulares y su coste total ha sido de 150.000 euros. Esta compra ha sido posible gracias a la colaboración del Ayuntamiento de León, Caja España, la Junta de Castilla y León y la Hullera Vasco-Leonesa. El presidente del Patronato de la Fundación, y alcalde de León, Mario Amilivia, después de comentar la importancia que para la colección permanente de la institución tienen estas adquisiciones, afirmó que actualmente sus fondos están formados por 57 cuadros que el artista donó, dos murales y cinco cuadros que han sido donados por distintos coleccionistas;y un mural y 33 cuadros que están en depósito. En total la Fundación tiene en este momento en la Casona de Villapérez, tres murales y 95 cuadros de Vela Zanetti. Anunció Amilivia su «satisfacción la incorporación al Patronato del rector de la Universidad de León, que, «sin duda, contribuirá a una mayor difusión de la obra del artista y a dar a la entidad un carácter más universal». Eduardo Aguirre, secretario de la Fundación, destacó la importancia de la adquisición, porque «son cuatro auténticas obras maestras de Vela. Parece evidente la necesidad de que la Fundación tuviera un autorretrato del pintor, que ahora hemos conseguido. El artista se autorretrató muchas veces, pero éste tiene la peculiaridad de que quizá contenga su expresión más dulce y amable, porque fue pintado pensando en su mujer». La cosecha , es una pintura que se expuso en la edición salmantina de Las Edades del Hombre y que sirvió para homenajear al pintor en el momento de su muerte a través de un sello de Correos emitido en 1999. «Es una obra maestra y, además, existe el detalle afectivo de que durante muchos años presidió el salón de su casa». Réquiem por un árbol es el último cuadro que pintó, por eso no está firmado. «Empezó siendo un paisaje más convencional y distintas experiencias personales le llevaron a modificarlo constantemente; al final, llegó a la conclusión de que ese tronco se había convertido en su autorretrato. Es una obra representativa de lo que él llamaba la piel de mi pintura». El último de los cuadros adquiridos es el retrato de una mulata, un desnudo terminado en la ancianidad sobre un cuadro que había pintado en su juventud, en 1951. «Es una obra magistral resuelta como si fuera una abstracción. El artista se muestra en él más interesado en plasmar el volumen que una imagen realista». Coleccionistas generosos Agradeció después Eduardo Aguirre la generosidad de las instituciones que han colaborado en la adquisición de estas obras, «unos cuadros que llevaban años en depósito en la Fundación y que los coleccionistas reclamaban su devolución. El Patronato se concienció y decidió que debían permanecer en León y así ha sido». Eduardo Aguirre adelantó otra noticia importante para la Fundación: la incorporación de 12 nuevos cuadros de Vela Zanetti, casi todos de temática campesina, dejados por coleccionistas de Burgos de forma indefinida. «Eso significa que la Fundación ha renovado completamente su imagen pictórica y lo ha hecho con cuadros de una temática que nosotros no teníamos muy cubierta. En esta docena de nuevas obras figuran los clásicos campesinos de Vela Zanetti que forman la parte más popular de la obra del artista».