Animación contemporánea

Con una muestra colectiva bajo el título Animación en la colección Musac se presentan seis artistas que trabajan en formato vídeo. Las proyecciones comenzarán el 22 de agosto y finalizarán el 9 de septiembre. El salón de actos y hall del museo serán los testigos de las creaciones de Ruth Gómez, Sergio Prego, Zilla Leutenenegger, Manu Arregui, Cristina Lucas y Fernando Renes. Made in Musac de Ruth Gómez, muestra la imagen multiplicada de la artista, que lucha consigo misma en un esfuerzo por superarse. Una muestra autobiográfica donde la artista expone, de un modo metafórico sus miedos y los diferentes estados de ánimo por los que ha pasado durante el año de disfrute de la Beca Musac. Este vídeo «muestra todas las caras de una persona durante este período de aprendizaje, así como del inicio de mi carrera artística», explicó la autora. Sus trabajos, de carácter biográfico, ofrecen una personal manera de entender el mundo. Casi toda la obra de Gómez es el resultado de su necesidad de narrar lo que sucede en su vida cotidiana. Sergio Prego, a través de diversos procedimientos, que van desde la fotografía o la escultura hasta la instalación, lleva a cabo un cuestionamiento de las relaciones físicas entre objeto representado y su propia representación en Recoil . Cinco eternos adolescentes vuelan felices por el espacio en Flying Boys . Con esta obra, Cristina Lucas presenta a una generación de jóvenes narcisistas entre veinte y cuarenta años con miedo a crecer, afectados por el síndrome de Peter Pan. Su obra no pretende cuestionar géneros ni identidades, sino que presenta una actitud adolescente que degenera en el aislamiento del individuo dentro de la sociedad que él mismo ha construido. Bonjour Baudrillard reduce a su más extrema sencillez las estrategias narrativas de la obra de Manu Arregui. A través de su propia recreación, el artista se confiesa desesperadamente ante la cámara, y aborda las causas y motivaciones de sus intenciones suicidas. El carácter internacional procede del suizo Zilla Leutenegger con Quicksilver , donde manipula informáticamente su propia imagen y se convierte en una figura de animación que transita sobre un mar de mercurio. Zilla se caracteriza por adoptar en sus creaciones distintas personalidades imaginarias, transportando al espectador a un mundo onírico, lleno de magia y romanticismo.