Isla con misterio

SE CONFIRMA. Perdidos ya tiene su propio club de fans en España, que jueves a jueves se enganchan al doblete que ofrece La Primera de un serial que ya se puso en los dos millones y medio de audiencia, en Francia ronda los siete y en Estados Unidos son veintidós. Engancha allí donde se estrena. La serie venía acompañada de la vitola de éxito televisivo del año en el mercado norteamericano por la originalidad de su planteamiento, su desarrollo dramático coral y el marco elegido, una isla desierta que permite a sus guionistas jugar con un elemento que siempre fascina al espectador: el misterio. Lo peor está por venir. El sector audiovisual de medio mundo ya da vueltas a proyectos semejantes porque una vez más constatamos la comodidad de ir a remolque de una fórmula de éxito, antes de exprimirse el coco. En Perdidos es una isla a donde llegan los supervivientes de un terrible accidente de aviación, que en cuanto la serie avanza, vemos que no es el único accidente allí ocurrido. Son un melting pot , un crisol de razas, culturas y edades que permiten al equipo de guionistas un extraordinario catálogo de recursos que gana adeptos episodio a episodio. A priori, su simpleza es rotunda, pero a posteriori cuestiona eso tan manido de que todo está inventado en la tele. Es sólo verdad a medias.