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Publicado por
MARCELINO CUEVAS
León

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NO CONOCEMOS al completo el programa de exposiciones y actos culturales del Instituto Leonés de Cultura para este año, pero ante el adelanto de lo que será el Palacete de calle de la Independencia a partir de próximo verano, ofrecido por los dirigentes de la Diputación el pasado viernes, mucho nos tememos que en este programa no figure ninguna actividad en torno al centenario de Manuel Díaz-Caneja, que será, por derecho propio y por la magnitud de la obra que a legado a León, el principal protagonista del nuevo espacio expositivo. Díaz- Caneja, de ascendencia leonesa, gracias a la gran labor que en su momento realizara en la institución provincial el poeta Antonio Gamoneda, y a la generosidad de la familia del pintor, legó León sesenta de sus obras, sesenta cuadros que formarán lo más importante del cuerpo expositivo de Palacete de Independencia. Pues bien, en 2005 se conmemora el centenario de su nacimiento en Palencia, y por ello se ha realizado una exposición tan importante como la celebrada en el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía. Han tenido lugar ciclos de conferencias como el ofrecido por el Círculo de Bellas Artes de Madrid, en el que han intervenido, Enrique Andrés Ruiz, Juan Manuel Bonet y Carlos Harcía Osuna, entre otros. O actos más íntimos, aunque menos espectaculares, como los celebrados en la sede la su Fundación en la ciudad que le viera nacer. La Diputación, el Instituto Leonés de Cultura, que han recibido el generoso legado del pintor, y que, hay que recordar, ya ofrecieron una exposición de la obra legada por el artista, no han organizado para este año ningún acto que sirva de conmemoración de este primer centenario de su nacimiento. Quizá quieran dejar que todo el protagonismo, artístico y político quede centrado en la inauguración del remozado Palacete, ya que en el acto en el que se ha presentado no ha habido ninguna mención de este centenario en el que, como bien nacidos, deberíamos rendir homenaje a este hombre firme y lacónico, en palabras de Juan Benet, que pasó por el taller de Vázquez Díaz, estuvo en la Residencia de Estudiantes, viajó a París, donde se topó con el arte moderno, y acompañó en sus paseos a los integrantes de la llamada Escuela de Vallecas de Madrid, que visualizaba de manera renovada el paisaje. La guerra civil le llevó a sufrir tres años de encarcelamiento y su trabajo une la pintura renovadora de antes y después de la contienda del 36. León esta perdiendo la oportunidad de agradecer al pintor su legado, en una circunstancia que tardará muchos años en volver a repetirse, con una serie de acciones culturales que ayudaran a los leoneses acercarse a la figura y a la obra del palentino Díaz-Caneja. Nos gustaría estar equivocados y que pronto apareciera un denso programa de actos que nos ayudara a todos a penetrar en los secretos pictóricos y el pensamiento del artista que mejor interpretó el paisaje real de Castilla.

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