Diario de León

La agonía de «La Vieja Negrilla»

La escultura que Amancio González realizó en 1997 con destino a un parque artístico en Trobajo del Cerecedo se descompone ante el desinterés por recuperarlo

Los bruscos cambios de temperatura de León están entre las causas del deterioro de la figura

Los bruscos cambios de temperatura de León están entre las causas del deterioro de la figura

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Cristina Fanjul - león
León

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En la espalda y pierna Microfisuras de la capa de registro que se acentúan en los puntos de máxima tensión. Además, sufre agrietamiento de la pieza en sentido paralelo a la armadura en la rodilla derecha. En el perfil derecho Se pueden ver numerosas grietas correspondientes a las juntas de unión que en algunos casos se encuentran abiertas por la perdida de capacidad adhesiva del cemento. Las manos Las manos del gigante sufren diiferentes alteracionesy uno de los mayores puntos de peligro de colapso se produce a causa de las numerosas tensiones de flexión que se generan en ellas. El gigante de Santo Domingo, la Vieja negrilla que fue concebida por Amancio como un homenaje al árbol en cuyas ramas trepó durante su infancia, se deshace desde hace ya casi diez años debido a la dureza del clima extremo de León y al vandalismo. La escultura fue realizada de manera altruista por Amancio González puesto que iba a formar parte de un gran parque escultórico que vendría a dignificar la localidad de Trobajo del Cerecedo. A la espera de que se concluyera esta actuación, la obra se instaló de manera temporal en Santo Domingo. Allí lleva ya nueve años sin que nadie parezca mostrar inclinación por reforzar su armazón, roído por el desinterés público. Esta primera piedra fue en realidad la única y, en caso de que desde el Ayuntamiento no se pongan los medios para solucionarlo, la obra -sin la que ya no podría entenderse la plaza de Santo Domingo- pasará a convertirse en un recuerdo descompuesto por el sol, la nieve y el peso de los niños que -al igual que Amancio- han visto en la cabeza de este gigante un árbol al que trepar. El escultor ha presentado ya en el Ayuntamiento dos presupuestos con el fin de salvar la escultura. Ambos -que oscilan entre los 72.000 y los 80.000 euros- prevén rehacer la figura en bronce con la finalidad de que pueda defenderse de las inclemencias del tiempo. Y es que la Vieja ha ido envejeciendo en los últimos diez años como si realmente se tratara de uno de esos negrillones que, de manera simultánea, enfermaron hace años. El tiempo ha ido pasando a través de su cuerpo y las arrugas y cicatrices han hecho mella en su rostro, como si de un ciudadano más se tratara. El magenta ha dejado paso a un gris plomizo con el que parece querer mimetizarse con el asfalto y que parece convertirse en el prólogo de su tránsito hacia la desaparición. Daños y solución Entre los daños que aquejan la obra cabe destacar las microfisuras, las grietas que se han abierto en las juntas de unión, la rotura de varios dedos a la altura de la segunda y tercera falange, el agrietamiento de la zona inguinal, las pérdidas de la capa de registro en la espalda y en los pies. Estos datos, extraídos de un trabajo de investigación desarrollado por Silvia Álvarez, estudiante de Bellas Artes en la Universidad Complutense de Madrid, da una idea del estado de abandono que sufre esta instalación. El concejal de Cultura, Alfonso Ordóñez, ha manifestado que, de momento, no se tiene presupuestada la recreación de la obra en bronce, si bien se trata de un proyecto que tendrá que realizarse. «Se retomará porque es una obra que se confunde con la ciudad; León ya no puede entenderse sin ella», asegura el edil. Ordóñez recuerda que nunca se pensó que la Vieja negrilla estuviera a la intemperie en un lugar que, como Santo Domingo, es azotado de manera constante por agentes externos. No obstante, el concejal prefiere no adelantar fechas puesto que, de momento, las cuentas están cerradas. En cualquier caso, anuncia que se llevará a cabo un plan que prevé restaurar el arte escultórico urbano, destacando el autor, el nombre de la obra y el año de creación. «De momento, se ha instalado ya la escultura de Juan Villoria en la plaza de Toros y se está pendiente de recuperar la obra que se retiró de la calle Cervantes», manifiesta el edil. «Lo mismo ocurrirá con la obra de Amancio, una de las figuras más impresionantes de la ciudad», añade, aunque sin dar plazos.

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