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| Entrevista | José Antonio Martínez Reñones |

«Nada de lo verdadero está oculto»

No le es ajeno el verso, la prosa ni el teatro, y ahora transmite en su «Oráculo del agua», poemario que sólo puede adquirirse mediante trueque, una calma honda y campesina

Publicado por
E. Gancedo - león
León

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Como los ríos que le han acompañado en su nacimiento, crianza y madurez, así las tradiciones campesinas leonesas, la alta cultura clásica y la más lejana memoria de los primeros agricultores mesopotámicos acaban confluyen en el mar verde y plácido de este Oráculo del agua . Un nuevo poemario de Martínez Reñones que no se vende, sólo se puede trocar por sanos alimentos, buen arte y literatura, y estancias en parajes aún no deshumanizados. -¿Porqué un oráculo, y por qué el agua? -Porque este libro es un canto al origen, a la vida y a la felicidad. Oráculo porque también es una indagación en los misterios que no son tan mistéricos, que son sencillamente un proceso a descubrir. Y agua, porque el agua es la vida, es el todo. -Todo leonés ribereño encuentra aquí muchos guiños y un paisaje familiar... -Claro, porque también es un canto a la naturaleza, a la nuestra, a lo que vemos diariamente, y no hay nada más allá de lo existente. Nada de lo importante está oculto, se dice en uno de los verso. Esto conlleva una visión grecolatina de la vida: fértil, alegre, disfrutable. -El color de la portada ya anticipa el pálpito del contenido. -Es el verde de nuestras riberas; el León de entrerríos: de entre todos los lugares del planeta, al que mejor se le puede llamar Mesopotamia. No somos nada sin la cultura del agua, y la tenemos en todas sus manifestaciones y en todos sus tiempos verbales. También hay en el libro un encuentro con la cultura mediterránea, mudéjar, mozárabe, y un trasvase de la Hélade y el Medio Oriente. Se canta también a una tradición olvidada: la de la cultura que vivió en la Península durante siete siglos y a la que, en parte, pertenecemos. -Cultura del agua que está de plena actualidad. -Salvo cuando se disputa, el agua no puede llevar más que a la paz y la civilización. El agua es el futuro, y no se entiende ninguna actividad humana situada veinte metros más allá del agua. Quizá porque es la placenta misma del hombre. Hoy es un problema extraordinario y como la tecnología y el ahorro no lleguen a cumplir nuestras pretensiones, será un desencadenante de violencia tremendo. -¿Qué expectativas depositas en este libro? -Uno ya se siente satisfecho con haberse expresado, y cuando se da esa expresión a los demás, no se espera nada, quizá sólo contactar con otra sensibilidad semejante con la que compartir, debatir y disfrutar. -Regresa al trueque, ¿un método ya superado? -Es una idea genuina, consistente en darle el valor de enjoyamiento a lo que uno mismo trata como verdadera perla. Y es que no se puede cambiar por dinero momentos de gran valor. En otros aspectos de mi profesión, puede, pero la poesía debería sacarse de los circuitos comerciales para llevarse a lugares donde se pueda cambiar por materiales que emocionen y conmocionen de igual manera. -Frente a esta claridad, que transmite calma y también libertad, hay otra que parece buscar la oscuridad por encima de todo... -Mucha de la poesía publicada (que no es la parte más importante de la poesía actual), no es sino una retórica vacía, una ocultación tras la que sólo hay ausencia de ideas y de descripciones. Desde los años sesenta, el testigo de los poetas los han tomado los grandes músicos, desde Bob Dylan hasta Manolo García. -Cuenta con un prologuista de lujo, Antonio Colinas. -Excelso poeta, uno de los más importantes de Occidente, es admirable en su consecuencia y en su causa.