La nueva campaña, que comenzó el pasado 1 de agosto, durará hasta principios de octubre
Las excavaciones del Castro Judío no sacan a la luz nuevos hallazgos
Después de poco más de quince días no se han producido descubrimientos importantes
El pasado 1 de Agosto, y como cada año en verano, se comenzó la campaña de excavaciones del Castro de los Judíos (Castrum Iudiciorum) en el cerro de La Mota de Puente Castro, un trabajo que continuará hasta principios de octubre. El que fuera el primer asentamiento semita de la ciudad de León ha resultado ser no sólo una de las principales juderías de la España del siglo X, sino que también se trataría de una gran ciudad cuyas dimensiones sobrepasarían ampliamente la ladera meridional del cerro de La Mota, llegando, probablemente hasta orillas del río Torío. Según José Luis Avello, profesor de arte y coodirector de las excavaciones junto a Jorge Sánchez LaFuente, profesor de historia antigua, «de momento no hay nada nuevo destacable, puesto que llevamos poco más de quince días, estamos terminando una cuadrícula que dejamos sin acabar el pasado año, y hemos empezado otra nueva». Desde que en el año 1999 comenzaran las excavaciones de este poblado judío que se sitúa en el tiempo entre los siglos X y XII, la gente que allí trabaja, principalmente universitarios de arte e historia, han descubierto lo que sería la parte de arriba de una fortaleza. Además, y tal y como cuenta Jorge Sánchez LaFuente, «se están descubriendo también estructuras de habitaciones que están bastante destruidas porque han sido varias veces desmontadas». Por ejemplo, la última vez fue el rey Alfonso IX quien ordenó la destrucción del poblado para que no fuera objeto de un golpe que pusiera en peligro a la ciudad de León. Por otra parte, también se intuye que pudieran aparecer estructuras no solo de habitación sino también de trabajo y como era típico de los poblados judíos batanes y molinos para curtir las pieles. De hecho, en el año 2000, aparecieron restos de los talleres artesanales de los judíos dedicados al curtido de pieles. Según cuenta Jorge Sanchéz LaFuente, la idea, una vez terminadas las excavaciones, sería «la de crear una zona verde donde se pudieran conjugar las ruinas con un parque», afirma.