La insoportable necedad del ser

La historia discurre en Florencia, rica y famosa ciudad de la Toscana italiana. Allí viven dos amigos de esos que si montaran un bar le llamarían Los dos amigos . Se llaman Anselmo y Lotario, y la amistad en ellos es antonomasia (¡esto queda fenomenal!). Anselmo se enamora de una hermosísima doncella llamada Camila, y a través de Lotario pide su mano y se casan, y son tan felices que dan un poco de asco. Ella es perfecta, pero... el tonto de Anselmo no está suficientemente satisfecho. Quiere comprobar que la virtud de su mujer está a prueba de tentaciones. Él piensa, no sin razón, que para pecar lo primero que hay que tener es el pecado a mano. ¿Cómo puede, por ejemplo, pecar de gula un anacoreta? o ¿cómo de lujuria un preso encerrado en una celda? Por eso quiere poner a su mujer a prueba. Vamos, que el pollo ha decidido jugar con fuego. Por lo tanto pide a su amigo Lotario que le tire los tejos. Éste, por supuesto, se niega con muy buenas razones: si ya sabes que es virtuosa, ¿en qué van a mejorar tus sentimientos hacia ella? La ofendes a ella, me ofendes a mí, que me obligas a mostrar ante ella la vileza de quien traiciona a un amigo, y por ponernos a ambos en esa situación te deshonras a ti mismo. ¡Yo creo que es de cajón!, pero el tonto de Anselmo insiste, y le dice que si no toma el encargo se lo pedirá a otra persona con la que no tenga tanta confianza, con el riesgo que eso conlleva. Lotario entonces se ve forzado a aceptar. A partir de entonces, Lotario visita con frecuencia la casa del matrimonio y Anselmo, con disculpas fingidas, se marcha de vez en cuando para dejar a esposa y amigo solos. Pero Lotario no inicia ningún acercamiento y decide mentir al amigo afirmando que su mujer lo rechaza firmemente. Pues fíjense ustedes si será mentecato Anselmo, que en una ocasión los espía por el ojo de la cerradura y descubre que entre ellos no se mantiene más que un silencio plácido y aburrido. Entonces afea a su amigo la traición y lo conmina a llevar a la práctica lo tramado. Para ello se ausenta durante diez días y ordena a su esposa que reciba diariamente en la casa a Lotario, que se ocupará de la administración doméstica en su lugar. Y claro, pasa lo que tenía que pasar. Camila es efectivamente una mujer bella y virtuosa y, por eso mismo, Lotario se enamora de ella como un adolescente y comienza a requerirla con insistencia. Ahora sí que es buena, porque yo no sé si ustedes se dan cuenta de que está traicionando a su amigo haciendo exactamente lo que éste le pide. Señores lectores, paradojas de la vida. Ella, que sigue siendo virtuosa, lo rechaza y envía a su marido una carta urgente cuyo contenido les contaré la próxima semana.