Montxo Armendáriz abre la sección oficial del certamen con la proyección de la fábula «Obaba»

El cineasta Montxo Armendáriz, que inauguró ayer la Sección Oficial del Festival de San Sebastián con Obaba , adaptación del libro de relatos Obabakoak , coincidió con su autor, Bernardo Atxaga, en renegar del componente mágico de estas obras, para hablar, en cambio, de recuerdos de una realidad vivida, pero fantaseada. « Obabakoak no es un libro con componentes mágicos y Obaba tampoco es un filme mágico. Tanto la obra como la película hablan de recuerdos, de una realidad vivida que uno cambia y fantasea. Lo que hay es fantasía e imaginación. La palabra magia tiene otro significado», afirmó Armendáriz en un encuentro con un grupo de periodistas celebrado hoy en San Sebastián y compartido por el escritor. Mientras, Atxaga se sumaba a sus palabras: «Siempre me hablan de ese mundo mágico de mi libro y yo no lo veo. Hasta se han llegado a referir a Obabakoak como una obra enraizada con el realismo mágico, lo que me horroriza porque no es cierto». El escritor vasco halló en el cineasta navarro al hombre, dijo, «con una forma de sentir y ver la vida de una manera muy en consonancia con la mía. Cuando vi la película me sentí totalmente próximo, con una cercanía absoluta. Y la gente que la ha visto y que conoce el libro me ha dicho que en el filme les parece seguir en Obaba ». Lectura obligada Armendáriz, veterano del festival donostiarra, donde consiguió la Concha de Oro con Las cartas de Alou , dice sentirse como en casa, sobre todo porque Obaba es, dijo, una película «muy de aquí, como el libro, que en esta tierra es de lectura casi obligada». Pero eso no le impide sentir un especial «respeto», sobre todo por llevar el peso de la inauguración del certamen. Atxaga explicó que la película y su libro, ambientados en el remoto pueblo de Obaba, hablan de «un lugar que es, sobre todo, mental. Porque los lugares en los que hemos vivido son algo más que geografía, pues están asociados a nuestras vivencias».