La obra, inédita durante medio siglo, es «feminista», según la autora
La leonesa Josefina Aldecoa saca a la luz una novela escrita en los 50
«La casa gris» refleja el contraste entre la España de la postguerra y el resto de Europa
Josefina Aldecoa tenía veinticuatro años cuando dejó por unos meses la España de la posguerra para instalarse en Londres. De aquella «experiencia deslumbrador», en un tiempo en el que todo estaba encorsetado, surgió su primera novela, inédita hasta ahora y titulada La casa gris . Confiesa Aldecoa (La Robla, León, 1926) que aquel primer viaje más allá de los Pirineos fue uno de los más importantes de su vida y que le descubrió «un mundo que no había ni imaginado» porque, dice, «no se puede entender lo cerrada que estaba España en 1950 si no se vivió de primera mano». Pasó los tres meses de verano en Gray House, una residencia de corte liberal para mujeres licenciadas de todo el mundo -«muy parecida a la de la novela», confiesa-, en la que lo mismo «me encargaba de la secretaría como ayudaba a cocinar al servicio», y que le sirvió para configurar un mapa muy significativo de la sociedad inglesa de la época. «El Londres de 1950 aún tenía cicatrices de los bombardeos nazis, y mucha gente estaba todavía muy triste», relata, pero «nuestra generación tenía un ansia infinita por leer y ver y conocer y esa ciudad era entonces todo un mundo por explorar». Sin embargo, puntualiza la autora de Porque éramos jóvenes (1985), ninguno de los personajes de esta novela coral responde a nadie en concreto, «ni siquiera Teresa, la protagonista, que en muchas cosas podría parecerse a mí misma», ya que todos ellos son «la suma de muchos matices que fui recogiendo». La Casa Gris (Alfaguara) dibuja así, a través de sus diferentes voces femeninas, cada una con su acento y su peso específico, un puzzle de clases sociales y nacionalidades. Las directivas del centro, las cocineras y las jóvenes profesionales que allí se hospedan -periodistas, científicas y abogadas-, irán relatando sus miedos y esperanzas en un tiempo «gris, aunque también luminoso».