Investigar

GANAN espacio en las parrillas y hay audiencia para ellos. Son los reportajes de investigación, frecuentes sobre todo en las privadas porque asumen en su factura y en su enfoque, un plus de espectáculo y de riesgo, que las públicas parecen tener vedado. Si estas cuestionan los chanchullos de la cirugía estética, los profesionales se ponen de uñas y la montan. Si lo hacen con la droga, el crimen organizado o ese pozo negro de nombre burbuja inmobiliaria, es como si cuestionaran los diferentes controles estatales. Quizá porque las privadas anda a otra bola, aceptan meterse en jardines de pocas flores y encima malolientes. Antena 3 emitió en el night time del jueves Paraísos del bisturí , curioso (y dantesco) recorrido por el supermercado internacional de la cirugía plástica. Visitaron países, clínicas y carniceros de la muy nutrida prole del doctor Frankestein, que por un (nada) módico precio, te hacen un arreglo de chapa y pintura. Nada que no supiéramos. Esa es la cojera de estos reportajes. Todo viejo bajo el sol. Cuentan lo que ya sabemos, eso si, bajo una apariencia atractiva que combine hábilmente espectáculo, morbo y naturalmente, sensacionalismo. Lo que mosquea es tanta cámara oculta. No puedes evitar creer que los «cazados» o son gilipollas o son miembros de la ONCE...