El pintor de los poetas

Juan Gutiérrez Montiel es un clásico de la pintura española contemporánea. Nacido en Jerez de la Frontera, el artista lleva cuarenta años en Madrid, lo que hace que haya perdido los rumbos sociales y costumbristas de la pintura andaluza del pasado siglo, aunque nunca el ritmo musical de la poesía que emana de las tierras y los ríos del sur de la península. Se enfada cuando se le pregunta por sus retratos de mujeres; explica que él no tiene modelos, que no hace retratos de personas, que los rostros de mujeres que figuran en sus obras son producto únicamente de su imaginación. «Yo hago cabezas imaginarias, lo mismo que mis bodegones, tampoco existen en la realidad. Los motivos que pinto me sirven de pretexto, de ahí arranco para intentar llegar a la plástica pura, lo que es pintura, pintura¿ el tema es algo secundario, claro que si es acertado y bueno¿ pues mejor para el resultado final. Igual que en el cante grande, si la letra y la dicción son hermosas, la cosa funciona, pero hay muchos momentos mágicos en los que la ejecución del cantaor es mucho más importante que lo que dice la letra». Comenta el pintor que él se enfrenta al lienzo en blanco, «como si se trata de recibir en el ruedo a un toro bravo; nunca se sabe por dónde van a ir las cosas, yo me lío a trazar líneas y manchas, a echarle aguarrás¿ hasta que me encuentro con el motivo que a mí me va¿ y entonces ¡que salga el sol por Antequera!». El pintor se confiesa poeta frustrado, dice que lo suyo hubiera sido escribir versos, pero que la vida no le ha llevado por ese camino y que, por lo tanto, vierte toda la poesía que lleva dentro en los lienzos que pinta. «En un revista publicada en el año 1977 varios poetas me pusieron el calificativo de pintor de los poetas. Y tenían razón, yo hago poesía con la pintura porque es algo que llevo dentro y tengo que expresar de alguna manera». Pinta sobre todo al óleo, «aunque también trabajo técnicas mixtas, empleo el collage, le pego cosas al lienzo¿».