«Yo no hablo»

DE VEZ en cuando la tele nos da una alegría y en el páramo que es la tarde catódica está el oasis de A tu lado. Es difícil resumir en una columna los momentos brillantes de este espacio que presenta con tanta habilidad como gracia Emma García. Pero en ese universo de perlas me quedo con la dicha ayer por Juanjo Oliva: «Yo no hablo». Vamos a analizar esta frase porque aunque aparentemente es sencilla, tiene una gran profundidad. El tal Juanjo tiene por gran mérito vital haber ganado la sexta edición de Gran Hermano , y ello gracias al papel de paleto inocente. Después siguió en la tele rebotando de programa en programa y por las revistas gracias a su amor-lío- affaire con otra concursante, la etérea y encantadora Diana. Tras una crisis de la pareja y la reconciliación consiguiente, Juanjo dice esa frase lapidaria: «Yo no hablo». Y fue más allá: «la persona que esté conmigo tampoco hablará». Una piensa automáticamente que es un alivio que se calle, porque conversación no se le ve mucha. La pena es que no hay garantías de que cumpla la promesa: «¿Pero esto de no hablar lo habéis acordado los dos?», le preguntaba no sé quién. «Ella sabe que quien esté conmigo no habla», respondía. Y mientras digiero este mutismo parlanchino de Juanjo, ya les advierto: yo no escribo.