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Escritor

«La inspiración es un estado de ánimo de serenidad y de plenitud»

El poeta leonés, que acaba de terminar el libro de relatos «Leyendo las piedras» y reedita «Sepulcro en Tarquinia» en un libro-disco, habla hoy en León del Cervantes menos conocido

El poeta leonés Antonio Colinas trabajando en su casa de Salamanca

León

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El poeta leonés Antonio Colinas descubrirá hoy la faceta menos manida de Cervantes. El humanismo y la sabiduría que emanan del Quijote. Será en el transcurso de una conferencia en la Sala Provincia, a las 20.00 horas. Trabajador infatigable, el autor de Días en Pentavonium y Libro de la Mansedumbre, acaba de terminar un nuevo libro de cuentos, Leyendo las piedras , al tiempo que verá la luz una nueva reedición, en formato libro-disco, de Sepulcro en Tarquinia, del que se cumplen ahora 30 años de su publicación, los mismos que de democracia. Contempla con buenos ojos la poesía de una nueva generación caracterizada por «una mayor riqueza en el lenguaje y mayor vigor expresivo». El escritor bañezano confiesa que «la inspiración es un estado de ánimo y de plenitud». -¿Qué se puede decir de Cervantes que no se haya dicho ya? -La vida de Cervantes es todavía muy misteriosa; hay en ella muchos enigmas. Saliéndose de los tópicos, de que el Quijote es un libro de aventuras, una crítica a los libros de caballerías y un libro de humor... hay en él un humanismo y una sabiduría; para mí, esto es lo esencial. También, que bebe de muy diversas fuentes, como sus lecturas italianas o su experiencia vital, que fue muy ardua. Aquí está el Cervantes fundamental. -¿Sabe que hay quien sostiene que Cervantes nació en León? -Sí conozco esa teoría, pero pertenece al terreno de la utopía. No me parece muy fundamentada. -Cervantes nunca escribió nada mejor que «El Quijote» y lo mismo le ocurrió a Cela con «La familia de Pascual Duarte» o a García Márquez con «Cien años de soledad». ¿No es frustrante para un escritor saber que ya ha escrito su mejor libro? -No estoy de acuerdo. Los trabajos de Persiles y Segismunda es un libro que está en otra órbita, pero es también una gran obra, aunque se conoce menos. Yo este año he preferido ver al otro Cervantes. El Quijote es su obras más emblemática, pero Cervantes es mucho más que el Quijote. Yo en todo momento pienso en el autor. Su vida es su obra y su obra es su vida. -¿En qué traba ahora? -Está a punto de aparecer una reedición en Visor de Sepulcro en Tarquinia, al cumplirse los 30 años. Es un disco-libro, en el que se recoge mi voz Y he acabado un libro de cuentos -que no sé aún cuándo saldrá publicado-, que se titula Leyendo las piedras , en la línea de mis cuentos anteriores de la memoria y de los misterios de la infancia. -¿La poesía vive un buen momento? -Sí y no. Siempre hay libros valiosos. A veces, cuando asistimos de jurado de un premio, hay ocho o diez libros que podrían ser premiados; y, a la vez, vemos que en el mundo de la literatura hay nombres que tienen relieve y que, quizá, su obra no está a la altura. Siempre hay libros auténticos, pero se tiende a una poesía más bien plana. Hay una poesía con más fuerza y vigor en los libros que vienen de América. Pero estas son opiniones muy generales. -¿Qué le inspira? -Tener un estado de ánimo en equilibrio. La inspiración es un estado de ánimo de serenidad, de plenitud. Es así como llega el poema. -¿Es buena la nueva generación de poetas? -Sí. Hay un cambio estético en los últimos cinco o seis años. Hay una mayor riqueza en el lenguaje y mayor vigor expresivo. El poeta deja fluir su voz y se olvida de los clichés. Diez años atrás, en cambio, se hacía una poesía más plana y vacía, más fotográfica. -Ha estado en el jurado del premio de poesía Antonio González de Lama. ¿Le conoció personalmente? -Sí, cuando en el 68, con motivo del bimilenario de la ciudad de León, me concedieron este premio de poesía. Me lo entregó González de Lama en el Teatro Emperador. Ya era un personaje mítico. Fue la única vez que le vi. -El domingo se cumplen 30 años de libertad, ¿cómo recuerda aquel 20-N del 75? -Con un gran deseo de libertad, de iniciar una etapa nueva para nuestro país, de aspiración a una Constitución, en la que yo todavía creo mucho. -¿Dónde estaba? -En Madrid. Acababa de llegar de Italia. Fue el año que publiqué Sepulcro en Tarquinia y obtuve el Premio Nacional de la Crítica. Con ser un año importante políticamente, para mí fue muy importante literariamente. Este libro inauguró una etapa de cambio en mi vida. Es un libro que marcó a muchas generaciones. nació aquí, en León, en la colección Provincia que dirigía Antonio Gamoneda. Luego se reeditó en Lumen y ha tenido varias ediciones más, algunas ilustradas. -Usted es un corrector impenitente, ¿también ha retocado la nueva edición de «Sepulcro en Tarquinia»? -He retocado aspectos más formales que de contenido y he eliminado algunas erratas que arrastraba. Cada vez corrijo más, pero en el momento de la creación. Una vez que se ha publicado, apenas lo toco. Lugar: Sala Región. (Instituto Leonés de Cultura). Hora: 20.00.

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