Gamoneda se queda a un solo voto del Nacional de las Letras, que gana Bonald

La «estupidez», la «injusticia» y la «violencia gratuita» son tres aspectos de la vida que el nuevo Premio Nacional de Las Letras, José Manuel Caballero Bonald (Jerez de la Frontera, 1926), «detesta» con todas sus fuerzas. El Ministerio de Cultura ha reconocido la labor del poeta y novelista andaluz distinguiéndole con un premio que honra el trabajo de toda una vida. Un premio del que a un sólo voto de diferencia estuvo el poeta leonés Antonio Gamoneda, según ha explicado Rogelio Blanco, director general del Libro. Bonald, quien recibirá una bolsa de 30.000 euros, cumplió 80 años el pasado 11 de noviembre. Conoció la noticia en su domicilio de Madrid, junto a su esposa, sentado en su mecedora y rodeado de cientos, miles de libros. «Aquí tengo muchos, pero en Jerez, en la fundación que lleva mi nombre, tengo más». Mostró gratitud por el premio, si bien los años han atenuado sus euforias y decepciones. «Uno celebra este tipo de cosas, pero considero que la misión del escritor es la de mantenerse a cierta distancia. No hay que dejarse domesticar. Uno ha de enfrentarse con el poder, con las convenciones, con los tópicos, con los lugares comunes, con todo lo que suene a falso o rancio.... Hay que ser rebelde sin interrupción». Con esa sinceridad -en ocasiones cortante- que le caracteriza, dijo que era un premio que esperaba desde hacía tiempo. «Hombre, sí, esperaba que algún día podría llegar, y al fin ha llegado». Fiel a esa sinceridad, Bonald protagonizó hace unas semanas un sonado «escándalo» durante la concesión de otro premio, el de novela Ciudad de Torrevieja. Actuó de presidente del jurado y se rebeló contra el fallo a favor de César Vidal. «Se otorgó por mayoría, pero no por unanimidad, porque yo no le voté; el contenido de la novela, la ideología que rezuma, resulta detestable». Desde entonces ha prometido no volver. «Nunca más permitiré que me engañen ni que me manipulen». Poeta barroco Aunque ha cultivado casi todos los géneros literarios, considera la poesía como el más sublime. «La poesía es la quintaesencia del lenguaje; aquello que no se puede decir, sólo lo puede decir la poesía», asegura. Miembro de la llamada Generación de los 50 (a ella pertenecen, entre otros, Gil de Biedma o Ángel González), Bonald saltó a la arena en 1952 con el poemario Adivinaciones , trabajo finalista del Adonais. Desde entonces ha ido escribiendo «a trancas y barrancas», pues es un ejercicio que requiere «un estado de ánimo que no hay que forzar». Bonald ha publicado más de una docena de poemarios, entre ellos Las horas muertas (1959), Pliegos de cordel (1963), Descrédito del héroe (1977), Laberinto de fortuna (1984) y Diario de Argónida (1997). El año pasado reunió toda su producción lírica en Somos el tiempo que nos queda , y este mes publicó una nueva obra, Manual de infractores . «Aquello que no se puede decir sólo lo puede decir la quintaesencia del lenguaje, la poesía» JOSÉ M. CABALLERO BONALD Poeta y novelista